THE LATIN VOX (18 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El panorama geopolítico y tecnológico global se ha visto alterado por una serie de recientes revelaciones que destacan las tensiones entre el comercio internacional y la seguridad nacional. En el centro de esta controversia se encuentra Imagination Technologies, una empresa británica de renombre internacional por el diseño de microchips avanzados, esenciales para los sistemas de inteligencia artificial (IA).
Según un informe exclusivo del diario TheGuardian, empresas chinas dedicadas al desarrollo de chips de IA que pueden ser utilizados en aplicaciones militares, como Moore Threads y Biren Technology, lograron acceder a tecnología de vanguardia en el Reino Unido, a pesar de las restricciones impuestas por Estados Unidos.
La situación ha adquirido una dimensión global, ya que Moore Threads y Biren Technology, considerados los diseñadores de chips de IA más prominentes de China, fueron incluidos en la lista negra de exportaciones de EE.UU. en 2023 debido a sus vínculos con el desarrollo de tecnologías que podrían contribuir al avance de sistemas de armas avanzadas y aplicaciones de vigilancia de alta tecnología.
La pregunta central ahora es cómo, a pesar de estas sanciones, estas empresas chinas consiguieron licencias con Imagination Technologies, una firma británica clave en el diseño de unidades de procesamiento gráfico (GPU) cruciales para los sistemas de IA.
¿Cómo llegaron las empresas chinas a la tecnología británica?
Antes de ser incluidas en la lista negra estadounidense, las dos empresas chinas, Moore Threads y Biren Technology, obtuvieron licencias extensas de Imagination Technologies, una de las pocas firmas en el mundo que diseña chips avanzados esenciales para la inteligencia artificial.
Según declaraciones de un portavoz de Imagination, en ningún momento se consideró ni implementó ninguna transacción que pudiera facilitar el uso de la tecnología con fines militares o estatales.
Sin embargo, varios ex empleados de la empresa afirman que los programas de transferencia de conocimiento asociados a estas licencias eran tan completos que podrían haber permitido a las empresas chinas replicar los conocimientos técnicos de Imagination, lo que abriría la puerta a su uso en aplicaciones militares.
Las licencias, conocidas como “licencias arquitectónicas”, otorgan a los clientes la posibilidad de modificar los diseños de los chips, lo que implica una transferencia significativa de la propiedad intelectual de Imagination.
Los ex empleados creen que estos acuerdos podían haber sido utilizados para extraer secretos industriales de la empresa británica, una alegación que Imagination rechaza, asegurando que la transferencia de conocimientos fue limitada en cuanto a su alcance y duración.
El contexto de las tensiones políticas y económicas
El acceso a esta tecnología británica por parte de empresas chinas ocurre en un contexto de creciente rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China, donde la transferencia de conocimientos sensibles en el campo de la IA se ha convertido en un tema candente de seguridad nacional.
Las implicaciones de este acceso van más allá del simple intercambio de tecnología. Según Alan Woodward, experto en ciberseguridad de la Universidad de Surrey, es difícil para empresas como Imagination estar seguras de que sus tecnologías no acaben siendo utilizadas en aplicaciones militares, como drones autoguiados o sistemas avanzados de armas, áreas de intensa investigación en China.
En el caso de Imagination, el riesgo de que su tecnología se utilice con fines militares no es nuevo. En 2017, la compañía estuvo en disputa con Apple sobre el uso no autorizado de su propiedad intelectual, lo que llevó a un acuerdo por 330 millones de dólares para regular las licencias de sus productos.
El temor de que su tecnología termine en manos de actores que no sean estrictamente comerciales no es infundado, especialmente después de la adquisición de la empresa en 2017 por Canyon Bridge, un fondo de inversión respaldado por el Estado chino, lo que generó aún más sospechas sobre el posible control chino sobre sus innovaciones.
Un dilema para el Reino Unido
Este escándalo también pone en evidencia las complicaciones de las relaciones comerciales del Reino Unido con China. Mientras que Theresa May, la ex primera ministra británica, buscaba intensificar los lazos con China, la adquisición de Imagination por parte de un fondo con vínculos chinos se realizó sin grandes obstáculos regulatorios en el Reino Unido, a diferencia de los bloqueos impuestos en EE.UU. a inversiones similares.
La situación resalta la tensión entre aprovechar las oportunidades comerciales con la segunda economía más grande del mundo y proteger la seguridad nacional.
Además, el incidente pone en duda la efectividad de los controles de exportación en el Reino Unido. Aunque Imagination asegura que ha cumplido con todas las leyes de exportación y comercio, el hecho de que las empresas chinas hayan tenido acceso a sus diseños avanzados, a pesar de las sanciones internacionales, subraya las lagunas en el sistema de monitoreo y control de tecnología sensible.
La perspectiva futura
A medida que Moore Threads y Biren Technology se posicionan como actores clave en la carrera tecnológica mundial, las preocupaciones sobre el uso militar de sus tecnologías continúan en aumento. Las revelaciones sobre Imagination son solo una pieza en un rompecabezas más grande que refleja las tensiones entre el comercio global, la innovación tecnológica y la seguridad nacional.
Con la creciente competencia por el dominio de la inteligencia artificial, el Reino Unido y otras naciones deberán replantear sus políticas de exportación y revisar cómo sus empresas manejan el acceso a tecnologías críticas.
Este caso también pone de manifiesto la compleja relación entre los intereses económicos y los riesgos geopolíticos, un tema que seguirá siendo central en las discusiones sobre el futuro de la tecnología y la seguridad internacional en los próximos años.
Crédito fotográfico : South China Morning Post.