El juicio contra Donald Trump ha tenido un giro inesperado cuando Michael Cohen, ex abogado del expresidente, admitió haber robado a su antiguo jefe durante su testimonio. La fiscalía concluyó su presentación el lunes, y la defensa procedió a llamar a dos testigos. Sin embargo, la sesión se vio interrumpida por un intercambio acalorado con uno de los testigos, lo que llevó al juez Juan Merchan a despejar la sala. Este acontecimiento es considerado un “golpe bomba” en medio del caso de la fiscalía, revelando que Cohen sustrajo decenas de miles de dólares de la organización Trump.
En un desarrollo adicional, se descubrió que Cohen había dado $20,000 a RedFinch, una organización política, y se quedó con $30,000 para sí mismo. RedFinch supuestamente ayudó al partido Republicano a inflar artificialmente encuestas de internet y proporcionó asistentes para el anuncio de la candidatura de Trump en junio de 2015. Estos detalles podrían socavar la credibilidad de Cohen como testigo y afectar significativamente el curso del juicio.