THE LATIN VOX (17 de septiembre de 2025).- Por Daniela Medina.
Tres vuelos comerciales que viajaban desde Alemania hacia el aeropuerto internacional de Calgary generaron una alerta de seguridad cuando llegaron reportes de amenaza de bomba a bordo. Como parte de los protocolos de defensa aérea, NORAD (North American Aerospace Defense Command) activó aviones de combate para interceptar las aeronaves, pero las amenazas fueron determinadas como no creíbles. Todos los vuelos aterrizaron sin incidentes, y la situación quedó bajo control. El incidente reaviva los debates sobre seguridad aérea, protocolos de emergencia, cooperación internacional y la gestión de crisis en aeropuertos canadienses.
Cronología de los hechos
- Alrededor de las 14:20 (hora local), tres vuelos que volaban desde Alemania hacia Calgary fueron objeto de reportes de amenazas de bomba a bordo.
- Inmediatamente se dio aviso a las autoridades aeroportuarias y a la policía, y se aplicaron los protocolos correspondientes para manejar amenazas en vuelos comerciales.
- Ante la gravedad potencial, NORAD ordenó el despliegue de aviones de combate, incluyendo un McDonnell CF-18 canadiense, un F-15 estadounidense y aeronaves de apoyo, para interceptar los vuelos y garantizar que aterrizaran de manera segura.
- Los tres vuelos aterrizaron en Calgary Internacional sin contratiempos. Luego de inspecciones y verificaciones, se concluyó que las amenazas no eran creíbles, es decir, que no existía evidencia tangible de que se tratara de un peligro real.
Reacción oficial
- El Ministro de Defensa de Canadá, David McGuinty, felicitó la actuación de NORAD y otras fuerzas de seguridad, señalando que “el sistema funcionó como debe” cuando se detecta un posible riesgo aéreo.
- Las autoridades policiales locales (RCMP / policía federal) tomaron control de las investigaciones correspondientes una vez que los vuelos aterrizaron y se descartó la amenaza.
- Se comunicó a los medios y al público que todos los pasajeros de los vuelos pudieron desembarcar sin riesgo, y que no se encontró evidencia que pusiera en peligro la seguridad pública.
Importancia del papel de NORAD
NORAD, organización binacional entre Canadá y Estados Unidos dedicada a la defensa aeroespacial, tiene entre sus responsabilidades la capacidad de interceptar vuelos sospechosos cuando hay amenazas aéreas. En este caso:
- La amplia movilización de recursos (aviones de combate, coordinación con aeropuertos, con policía y autoridades civiles) demuestra que los protocolos aún funcionan en situaciones de alerta.
- También se comprobó que la infraestructura de alerta, la comunicación entre instancias civiles y militares, y los procedimientos de intervención rápida están activos y operativos. Esto incluye el monitoreo de vuelos internacionales, análisis de amenazas, y capacidad de respuesta inmediata.
Implicaciones políticas, sociales y operativas
Seguridad aérea y confianza
- Estos incidentes suelen generar preocupación entre pasajeros y público en general sobre qué tan seguro es volar cuando existen amenazas potenciales. Si la respuesta es rápida, coordinada y eficaz, ayuda a reforzar la confianza; fallos podrían generar pánico, críticas o demandas de cambios estructurales.
- Aerolíneas, aeropuertos y autoridades federales pueden verse presionadas para revisar sus protocolos, la formación del personal, los sistemas de detección de amenazas, y los canales de comunicación ante emergencias.
Cooperación internacional
- Muchos vuelos comerciales intercontinentales pasan por múltiples espacios de control (el país origen, países de tránsito, país de destino). Que una amenaza en vuelos desde Alemania impacte la respuesta en Canadá subraya la necesidad de coordinación internacional eficaz en materia de seguridad aeronáutica.
- Compartir inteligencia, alertas tempranas, y normativa homogénea sobre amenazas de bomba o posibles sabotajes es vital para reducir ventajas que puedan verse explotadas por actores maliciosos.
Costos operativos y económicos
- Activar aviones de combate, coordinar equipos civiles y militares, movilizar personal, cerrar o distraer rutas aéreas, todo ello tiene costos significativos, económicos y logísticos.
- En muchos casos, las falsas alarmas (amenazas “no creíbles”) son inevitables, pero deben ser manejadas de modo que el sistema no se sature ni se vuelva lento o excesivamente costoso, sin perder eficacia.
Riesgos y desafíos que emergen
- Evaluar con rapidez la credibilidad de amenazas sigue siendo difícil. En este incidente, las amenazas fueron descartadas, pero hay riesgo latente de que algunas realmente sean serias. Diferenciar entre falsas alarmas y amenazas reales requiere capacidades técnicas, inteligencia, análisis de datos, perfilamiento adecuado.
- La reacción pública puede tambalear cuando haya percepción de exceso de alarma o de intervenciones desmedidas, lo cual puede generar críticas contra NORAD, autoridades federales, aeropuertos o aerolíneas.
- Equilibrio entre seguridad y libertad de operación del transporte aéreo: cuanto más riguroso sea el sistema de control, más posibilidad de demoras, costos adicionales, turismo afectado, logística de carga, etc.
Qué se puede esperar
- Investigación profunda por parte de la RCMP o de las autoridades canadienses para determinar origen de las amenazas: quién las hizo, con qué intención, y si hubo responsabilidad criminal.
- Informes técnicos de NORAD sobre su tiempo de respuesta, qué tan cerca estuvo el riesgo, y qué mejoras se consideran necesarias para minimizar daños potenciales futuros.
- Posibles recomendaciones para aeropuertos como Calgary International para reforzar seguridad preventiva, controles aéreos, capacitación de personal, protocolos de comunicación y alerta.
- Debates públicos sobre presupuesto y recursos asignados a la defensa aérea, vuelos de combate, inteligencia, seguridad en aeropuertos, y cooperación Canadá-EE.UU.
Reflexión final
El episodio de las amenazas de bomba en vuelos hacia Calgary es un recordatorio de que, aunque vivimos en un mundo con tecnología avanzada y sistemas de defensa bien establecidos, la seguridad aérea sigue siendo vulnerable a fallos, falsas alarmas e imprevistos. Lo que marca la diferencia es la capacidad de reacción: cómo las instituciones pueden movilizar recursos, coordinarse eficazmente, descartar riesgos sin generar pánico, y garantizar que el transporte aéreo siga funcionando con normalidad.
NORAD, fuerzas militares, policías aeroportuarias y autoridades civiles demostraron hoy que los protocolos pueden funcionar cuando hay alerta. Sin embargo, la vigilancia no puede disminuir: amenazas físicas, nuevas tácticas, actores inesperados, e incluso campañas de desinformación pueden convertir comunicaciones rutinarias en emergencias reales. En ese sentido, la lección clave es mantener inversiones, entrenamientos y maquinaria institucional a la altura de lo que demanda un mundo interconectado pero también expuesto a riesgos crecientes.
Fuente: www.cbc.ca/
Foto:www.xataka.com