Robert F. Kennedy Jr. reconsidera su postura y coloca el brote de sarampión en EE. UU. como «una prioridad» para el Departamento de Salud

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THE LATIN VOX (2 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Tras minimizar el brote de sarampión en Texas como algo “no inusual”, Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, dio un giro en su postura y declaró que el brote es ahora una «prioridad máxima» para su departamento. Esta declaración llega dos días después de que un niño no vacunado muriera a causa de la enfermedad en lo que marcó la primera fatalidad por sarampión en el país en más de una década.

En un mensaje en la red social X , Kennedy, conocido por su postura crítica hacia las vacunas y su vinculación con teorías conspirativas sobre la seguridad y eficacia de las mismas, aseguró que “terminar con el brote de sarampión es una prioridad para mí y mi extraordinario equipo”.

A pesar de su histórico activismo en contra de las vacunas, Kennedy indicó que el gobierno está tomando medidas para frenar la propagación, incluyendo el envío de 2,000 dosis de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (SPR) al estado de Texas, donde se han registrado más de 140 casos desde finales de enero.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. proporcionará estas dosis a través de su programa de inmunización, que incluye la administración de las dos dosis de la vacuna recomendada para niños entre los 12 y 15 meses y de nuevo entre los 4 y 6 años de edad. La respuesta del gobierno se intensificó después de la muerte del niño y la hospitalización de casi 20 personas en Texas, lo que ha puesto a prueba las creencias de Kennedy sobre las vacunas.

Este brote de sarampión, que también ha afectado a otros estados como Alaska, California, Georgia, Kentucky, Nueva Jersey, Nuevo México, Nueva York, Rhode Island y Texas, ha provocado que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) refuercen su mensaje sobre la importancia de la vacunación. De acuerdo con los datos de los CDC, alrededor del 95% de los infectados no habían recibido ninguna dosis de la vacuna, mientras que el 3% restante solo había recibido una de las dos dosis necesarias para garantizar la inmunidad.

El fallecimiento de este niño, reportado el miércoles, es el primero en diez años por sarampión en los EE. UU., lo que ha generado una creciente preocupación por la seguridad y la salud pública. A medida que el brote se expande, la respuesta del gobierno federal se ha vuelto más urgente, y los funcionarios de salud han señalado la importancia de vacunar a los niños para evitar nuevas muertes y hospitalizaciones.

Kennedy, quien fundó la organización «Children’s Health Defense» en contra de la vacunación, ha intentado distanciarse del término «anti-vacunas». Aunque ha sido un crítico feroz de las políticas de vacunación, ha afirmado que no impediría a los estadounidenses vacunarse y que, de hecho, apoya la opción de recibir vacunas, a pesar de sus desacuerdos sobre ciertos enfoques gubernamentales.

Por otro lado, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Kennedy también anunció recientemente planes para eliminar la participación pública en muchas de las decisiones de políticas de la agencia.

Esta propuesta contradice el compromiso de “transparencia radical” que Kennedy había prometido a los legisladores durante su proceso de confirmación para el gabinete de la administración Trump.

Este cambio en el proceso regulador marcaría un giro significativo en la gestión de una agencia que supervisa el gasto en salud de EE. UU. – que alcanza los tres billones de dólares anuales – y que tiene bajo su tutela organismos como los CDC, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y programas como Medicare y Medicaid.

Este giro en la postura de Kennedy sobre el brote de sarampión refleja la creciente presión para actuar frente a los riesgos a la salud pública y los efectos de las políticas de vacunación.

Si bien la respuesta del gobierno de EE. UU. se ha intensificado, aún queda mucho por hacer para erradicar este brote y restaurar la confianza pública en las medidas sanitarias para evitar futuras crisis similares.

Con el sarampión resurgiendo como una amenaza tangible, la cuestión de las vacunas y la salud pública en EE. UU. sigue siendo un tema candente que continuará siendo debatido en los próximos meses.

Crédito fotográfico: France 24


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