RTX Corporation, anteriormente conocida como Raytheon Technologies, acordó pagar $950 millones para resolver acusaciones de fraude en contratos de defensa de Estados Unidos y cargos de soborno en Catar. La compañía, una de las principales contratistas del Departamento de Defensa de EE.UU., enfrenta graves acusaciones de inflar precios en contratos militares, lo que supuestamente desvió millones de dólares de fondos públicos, además de pagar sobornos a funcionarios cataríes para obtener contratos lucrativos en el sector de defensa.
El Departamento de Justicia de EE.UU. anunció que RTX resolvió las acusaciones de que engañó al gobierno al presentar precios inflados para piezas de aeronaves y sistemas de defensa en contratos otorgados a lo largo de varios años. Las investigaciones revelaron que la empresa usó métodos fraudulentos para justificar costos más altos en sus productos, lo que resultó en sobrecostos significativos para el gobierno estadounidense.
Además de los cargos por fraude en los contratos de defensa, RTX también enfrentó acusaciones de violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por sus siglas en inglés) por sobornar a funcionarios en Catar. Según los documentos judiciales, la empresa ofreció sobornos multimillonarios para asegurar contratos de defensa lucrativos en el país del Golfo, lo que comprometió la integridad de las licitaciones públicas y aumentó el costo de los proyectos de defensa en la región.
Como parte del acuerdo, RTX no solo pagará la multa de $950 millones, sino que también se ha comprometido a reforzar sus controles internos y procedimientos de cumplimiento para evitar futuros casos de fraude y sobornos. La compañía también cooperará con investigaciones adicionales que pudieran surgir y aceptó someterse a una auditoría externa por un periodo de cinco años para asegurar que cumpla con las leyes de contratación pública y anticorrupción.
El director ejecutivo de RTX, Gregory J. Hayes, emitió un comunicado en el que expresó el «profundo pesar» de la compañía por los incidentes, asegurando que la empresa se compromete a cumplir con los más altos estándares éticos. “Hemos aprendido de nuestros errores y tomaremos todas las medidas necesarias para restaurar la confianza de nuestros clientes, accionistas y el público en general”, dijo Hayes.
Este caso ha generado un intenso escrutinio sobre la industria de defensa y los grandes contratistas como RTX, que dependen en gran medida de contratos gubernamentales multimillonarios. Los críticos argumentan que el sistema de adquisiciones militares de EE.UU. es vulnerable a la corrupción y el fraude, debido a la cantidad masiva de dinero que se mueve en la industria.
“Este acuerdo envía un mensaje claro de que el fraude y la corrupción en los contratos de defensa no serán tolerados”, declaró el fiscal principal del caso, quien subrayó que el Departamento de Justicia seguirá investigando activamente cualquier irregularidad en el sector de defensa.
Por otro lado, algunos analistas de la industria argumentan que las sanciones económicas y la vigilancia adicional podrían generar cambios importantes en la manera en que las empresas de defensa gestionan sus contratos, lo que podría tener repercusiones a largo plazo para el sector.
El aspecto internacional del caso, que involucra sobornos a funcionarios cataríes, ha generado preocupación sobre la corrupción en las licitaciones de defensa a nivel global. El acuerdo refleja un patrón más amplio en el que empresas multinacionales buscan influir en los procesos de contratación en mercados extranjeros a través de prácticas corruptas.
Aunque Catar no ha comentado públicamente sobre las acusaciones, los expertos en política internacional señalan que este caso podría afectar la reputación del país, especialmente en un momento en que está invirtiendo fuertemente en modernizar sus capacidades de defensa. El soborno internacional, especialmente en contratos de defensa, es un problema que afecta a muchos países en desarrollo, y este caso pone de relieve la necesidad de mayor supervisión y transparencia en estos acuerdos.
El caso de RTX pone de manifiesto los riesgos de operar en una industria en la que los contratos multimillonarios pueden fomentar comportamientos poco éticos. Con esta multa significativa y la obligación de mejorar sus controles internos, se espera que la empresa tome medidas más estrictas para garantizar la transparencia y la ética en sus operaciones futuras.
Sin embargo, este caso también destaca la necesidad de una mayor vigilancia por parte de los gobiernos y las agencias reguladoras, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, para prevenir el fraude y la corrupción en el sector de defensa.