En un desarrollo reciente y significativo del conflicto en curso entre Rusia y Ucrania, las autoridades rusas han anunciado la extensión de las evacuaciones de civiles a una segunda región fronteriza con Ucrania. Esta medida se produce en respuesta a un aumento de la actividad militar ucraniana cerca de la frontera, apenas unos días después de la mayor incursión en territorio soberano ruso desde el inicio de la guerra en 2022.
El lunes, el gobernador de la región de Belgorod, Vyacheslav Gladkov, informó que las evacuaciones habían comenzado en el distrito de Krasnaya Yaruga debido a la «actividad enemiga en la frontera». Esta decisión sigue a la incursión sorpresa de las fuerzas ucranianas en la región de Kursk, donde lograron avanzar hasta 30 kilómetros dentro del territorio ruso. La incursión, que comenzó el 6 de agosto, ha sido descrita como un intento de Ucrania de ganar ventaja en posibles negociaciones de alto el fuego después de las elecciones en Estados Unidos en noviembre.
Las evacuaciones en Belgorod se suman a las ya en curso en la región de Kursk, donde miles de personas han sido desplazadas de sus hogares en el distrito de Belovsky. Las autoridades locales han declarado el estado de emergencia y han preparado alojamientos temporales para los evacuados. Además, se ha emitido una advertencia de misiles, instando a los residentes a refugiarse en habitaciones sin ventanas y con paredes sólidas.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, rompió su silencio sobre los ataques el sábado, afirmando que Ucrania había lanzado una incursión en territorio ruso para “restaurar la justicia” y presionar a las fuerzas de Moscú. Según un alto funcionario ucraniano, miles de tropas están involucradas en la operación, lo que marca el mayor ataque coordinado en territorio ruso por parte de las fuerzas convencionales de Kyiv.
La respuesta rusa ha sido rápida pero no sin dificultades. A pesar de la superioridad numérica de las fuerzas rusas, han luchado para detener el avance ucraniano, con más de 76,000 personas evacuadas de la región de Kursk. El presidente ruso, Vladimir Putin, describió la ofensiva como una “gran provocación” y prometió una respuesta contundente de las fuerzas armadas rusas.
Mientras tanto, el aliado de Rusia, Bielorrusia, ha anunciado que está reforzando sus tropas en la frontera después de afirmar que Ucrania había violado su espacio aéreo con drones. La situación sigue siendo tensa y volátil, con ambos lados preparándose para posibles enfrentamientos adicionales.