
THE LATIN VOX (22 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
A partir del 1 de septiembre, todos los teléfonos móviles y tabletas vendidos en Rusia deberán incluir de manera obligatoria Max, una aplicación de mensajería respaldada por el Estado y presentada como la alternativa nacional a WhatsApp.
La medida, anunciada ayer jueves por el Kremlin, forma parte de los crecientes esfuerzos del gobierno ruso por reforzar su control sobre el espacio digital en medio de las tensiones con Occidente por la guerra en Ucrania.
Según las autoridades, Max se integrará con servicios oficiales del Estado y pasará a formar parte de la lista de aplicaciones de instalación obligatoria en todos los “dispositivos inteligentes” vendidos en el país.
La compañía detrás de la aplicación, el conglomerado tecnológico estatal VK, asegura que ya suma 18 millones de descargas, aunque varias de sus funciones aún se encuentran en fase de prueba.
Sospechas de vigilancia y propaganda
Para críticos del Kremlin, la decisión es una amenaza directa a la privacidad digital y podría abrir la puerta a una vigilancia masiva de ciudadanos rusos. Organizaciones de derechos digitales sostienen que la obligatoriedad del uso de Max convierte al mensajero en una herramienta potencial de rastreo.
Los medios estatales, sin embargo, han calificado estas acusaciones de “infundadas”, asegurando que la app requiere menos permisos de acceso a datos que sus rivales WhatsApp y Telegram.
El plan del gobierno incluye además la obligación de instalar RuStore, la tienda de aplicaciones nacional ya disponible en Android, en dispositivos Apple vendidos en el país. A partir de enero de 2026, los televisores inteligentes deberán llevar preinstalada Lime HD TV, una aplicación que ofrece canales estatales de manera gratuita.
Un pulso contra las plataformas extranjeras
La ofensiva tecnológica de Moscú coincide con nuevas restricciones contra WhatsApp y Telegram, acusados de negarse a colaborar con investigaciones de fraude y terrorismo. El mes pasado, WhatsApp tenía en Rusia una penetración de 97,3 millones de usuarios, mientras que Telegram alcanzaba los 90,8 millones.
Ambas plataformas han respondido: WhatsApp acusó al Kremlin de intentar bloquear el acceso de los rusos a comunicaciones seguras, mientras que Telegram aseguró que combate activamente los usos indebidos de su servicio.
El tercer lugar en el mercado ruso lo ocupa VK Messenger, con 17,9 millones de usuarios, desarrollado también por VK, la misma empresa detrás de Max. Curiosamente, apenas horas después de que el Ministerio del Interior defendiera la seguridad del nuevo mensajero, anunció la detención del primer sospechoso de un fraude cometido a través de la aplicación.
Control digital en tiempos de guerra
Con estas medidas, el Kremlin busca blindar el ecosistema digital ruso y reducir la dependencia de servicios extranjeros, en línea con su estrategia de “soberanía tecnológica”.
No obstante, expertos advierten que la imposición de apps estatales podría profundizar el aislamiento digital del país y generar tensiones adicionales con millones de usuarios que dependen de plataformas internacionales para comunicarse de forma segura.
Crédito fotográfico: CNN