Rusia y Corea del Norte estrechan lazos comerciales con nueva ruta aérea directa

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THE LATIN VOX (28 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Un nuevo capítulo en las relaciones entre Rusia y Corea del Norte se abrió ayer domingo con el despegue del primer vuelo directo entre Moscú y Pyongyang, un hito diplomático que también responde a la creciente escasez de opciones para los turistas rusos en el extranjero.

El vuelo, operado por Nordwind Airlines, despegó desde el aeropuerto Sheremétievo de Moscú y aterrizó ocho horas después en la capital norcoreana.

Por el momento, la ruta se ofrecerá una vez al mes, con el primer vuelo de regreso desde Pyongyang a Moscú previsto para este martes, según el Ministerio de Transporte ruso.

Una ruta aérea cargada de simbolismo

“Es un evento histórico que fortalece los lazos entre nuestras naciones”, declaró Oleg, un empleado de Nordwind que coordinó el vuelo y prefirió no revelar su apellido.

La aerolínea, que anteriormente transportaba a turistas rusos a destinos europeos antes de las sanciones impuestas por la Unión Europea, ha fijado el precio de los pasajes en 45.000 rublos (unos 570 dólares).

Vladimir Poteshkin, viceministro de Transporte ruso, lo expresó con orgullo: “Por primera vez en más de 70 años de relaciones diplomáticas, lanzamos vuelos directos entre las capitales de nuestros países”.

Una relación que va más allá del turismo

El vuelo no es solo una novedad para los viajeros, sino una expresión visible de una relación bilateral en crecimiento, marcada por intereses estratégicos y militares.

Corea del Norte ha suministrado armas y personal en apoyo a las operaciones rusas en Ucrania, y ambos países firmaron el año pasado un pacto de defensa mutua durante una visita del presidente Vladimir Putin a Pyongyang.

Este acercamiento ha despertado preocupación en Occidente, mientras que Moscú y Pyongyang lo presentan como una respuesta legítima a lo que consideran amenazas externas comunes.

Un turismo ruso en reconfiguración

Con las sanciones occidentales restringiendo drásticamente las opciones de viaje para los ciudadanos rusos, destinos alternativos como Corea del Norte, Irán o Myanmar han comenzado a ganar terreno.

La ruta Moscú-Pyongyang no sólo permite visitas culturales y oficiales, sino que también abre la puerta al incipiente turismo grupal ruso dentro del hermético país asiático.

Corea del Norte, por su parte, ha iniciado una tímida reapertura al mundo tras los años de cierre por la pandemia de Covid-19.

Aunque el turismo general sigue limitado, en abril permitió la participación de corredores extranjeros en un maratón en Pyongyang, y en junio el líder Kim Jong-un inauguró un nuevo resort de playa en la costa este, con la ambición de atraer hasta 20.000 visitantes anuales.

¿Destino exótico o movimiento estratégico?

Para muchos observadores, el nuevo vuelo representa mucho más que una conexión aérea: es un gesto geopolítico calculado. Rusia, cada vez más aislada por Occidente, busca profundizar lazos con aliados alternativos. Corea del Norte, por su parte, gana una rara ventana al mundo exterior y la oportunidad de revitalizar su economía paralizada.

En este contexto, el vuelo Moscú-Pyongyang no sólo transporta pasajeros, sino también intereses cruzados, desafíos globales y nuevas formas de cooperación en un mundo cada vez más fragmentado.

Crédito fotográfico: Nordwind Airlines


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