THE LATIN VOX (11 de septiembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Dos senadores demócratas de Estados Unidos han acusado públicamente a Israel de ejecutar un plan sistemático de destrucción y limpieza étnica en Gaza, y a su propio país de ser cómplice de ese proceso.
Tras una visita de investigación a la región, Chris Van Hollen (Maryland) y Jeff Merkley (Oregón), ambos miembros del comité de relaciones exteriores del Senado, afirmaron haber llegado a una conclusión “inescapable”: la ofensiva israelí no busca solo derrotar a Hamás, sino forzar el éxodo masivo de palestinos.
El informe que presentaron este jueves lleva un título contundente: “El gobierno de Netanyahu está implementando un plan para limpiar étnicamente Gaza de palestinos”. Estados Unidos es cómplice. El mundo debe detenerlo.”
“Comida como arma de guerra”
En su investigación, los legisladores documentan no solo la devastación causada por bombardeos, sino también una campaña deliberada para estrangular la ayuda humanitaria. “El gobierno de Netanyahu ha ido mucho más allá de los objetivos militares; lo que vimos es un castigo colectivo a todo un pueblo”, denunció Van Hollen en una conferencia de prensa.
El informe cita ejemplos de restricciones arbitrarias: convoyes humanitarios bloqueados por transportar productos como miel, dátiles o mantequilla de maní; piezas de repuesto, bombas de agua solares o sillas de ruedas catalogadas como de “doble uso” y retenidas en almacenes; y contenedores con alimentos suficientes para abastecer a Gaza durante tres semanas paralizados en el puerto israelí de Ashdod.
De acuerdo con cifras de la ONU, más de cien personas han muerto ya por inanición en la Franja, mientras la ayuda que llega desde Jordania opera al 10% de su capacidad.
Destrucción planificada
Los senadores también recogieron testimonios de exsoldados israelíes que admitieron haber participado en “la destrucción sistemática de infraestructura civil”, desde barrios enteros hasta escuelas. Merkley explicó que la estrategia sigue dos ejes: “Primero, destruir hogares para que no puedan ser habitados de nuevo. Segundo, privar a la población de lo esencial para vivir: comida, agua y medicinas.”
La magnitud del desplazamiento es visible en Rafah, ciudad del sur de Gaza que llegó a albergar a 270.000 personas y que hoy yace en ruinas. Van Hollen relató cómo tuvieron que trepar por una escalera de incendios en el lado egipcio para observar de primera mano la devastación.
EE.UU., bajo escrutinio
Ambos senadores no limitaron sus críticas a Israel. “Nosotros, Estados Unidos, somos cómplices de todo esto porque con los impuestos de nuestros ciudadanos financiamos al gobierno de Netanyahu para usar armas en Gaza”, declaró Van Hollen.
El debate sobre el apoyo militar a Israel comienza a fracturar al Partido Demócrata: en una reciente votación en el Senado sobre ventas de armas, 27 de sus miembros —más de la mitad de la bancada— se opusieron a continuar los envíos.
Merkley subrayó que sus críticas no contradicen el apoyo histórico a Israel, sino que nacen de los mismos valores que lo inspiraron: “Lo que están haciendo a los palestinos, tanto en Cisjordania como en Gaza, es absolutamente inaceptable.”
Llamado urgente a la acción
El informe concluye con un llamado a imponer consecuencias reales al gobierno israelí. “El mundo tiene la obligación moral y legal de detener la limpieza étnica en curso. Palabras fuertes no serán suficientes”, advierten los senadores.
Ambos insistieron en la necesidad inmediata de un alto el fuego, advirtiendo que incluso familias de rehenes israelíes les expresaron que Netanyahu “prioriza su supervivencia política sobre la vida de nuestros seres queridos”.
“La narrativa del ‘éxodo voluntario’ es una de las historias más fraudulentas y siniestras jamás contadas”, sentenció Van Hollen. “Cuando tu casa está destruida y tus campos son inaccesibles, no hay nada voluntario en huir.”
Crédito fotográfico: Human Rights Watch