Siria: Líderes feministas exigen un lugar en la mesa de decisiones del país

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THE LATIN VOX (5 d enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

A lo largo de más de una década de conflicto, las mujeres sirias han jugado un papel crucial en la lucha por los derechos humanos y la reconstrucción de su sociedad, a menudo enfrentando tanto la violencia del régimen de Bashar al-Assad como las restricciones impuestas por grupos islamistas.

Hoy, tras la caída del régimen de Assad, las mujeres sirias se encuentran ante una oportunidad inédita: participar activamente en la formación del futuro del país. Sin embargo, su camino hacia la igualdad y la representación política está lejos de ser sencillo, y el camino hacia un verdadero cambio está marcado por la desconfianza y los desafíos.

Ghalia Rahhal: Una vida de lucha y resiliencia

Ghalia Rahhal, activista feminista y defensora de los derechos de las mujeres, ha sido una de las figuras más destacadas en la lucha por la igualdad de género en Siria, a pesar de las amenazas constantes. Hace tres años, Rahhal fue citada en el “edificio azul” de Idlib, un centro de monitoreo donde el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) vigilaba a las organizaciones de la sociedad civil. Allí, le dijeron que no podían trabajar en temas como el matrimonio infantil, el divorcio o la igualdad de género, lo que no hizo sino fortalecer su determinación.

Tras sobrevivir a un atentado en su ciudad natal de Kafranbel y perder a su hijo en Alepo, Rahhal continúa su labor de manera clandestina, entrenando a mujeres en los campos de refugiados sobre política, derechos humanos y, sobre todo, sobre cómo ser agentes de cambio en una posible transición hacia la democracia.

En un diálogo con un oficial de HTS, Rahhal dejó en claro que su objetivo no era incitar a las mujeres a luchar contra el régimen, sino empoderarlas para que pudieran participar en la toma de decisiones. “No podemos tener un campo de desplazados lleno de mujeres dirigido por un hombre”, afirmó con determinación.

La caída de Assad y el ascenso de HTS: Nuevas oportunidades y viejos retos

El inesperado colapso del régimen de Assad el mes pasado y la huida del presidente hacia Moscú han alterado el equilibrio de poder en Siria. El grupo islamista HTS, que encabezó la insurgencia que terminó con el gobierno de Assad, se ha convertido en la autoridad de facto en la región, principalmente en el noroeste del país. Sin embargo, el futuro del país es incierto, y particularmente, lo es el papel de las mujeres en la nueva Siria.

Muchos activistas y organizaciones de derechos humanos ven este momento como una oportunidad para que las mujeres finalmente obtengan un lugar en la toma de decisiones. Sin embargo, las declaraciones de algunos de los miembros del nuevo gobierno transitorio no han hecho más que avivar la desconfianza.

Por ejemplo, Obaida Arnout, portavoz de la nueva autoridad, declaró que la “naturaleza biológica y fisiológica” de las mujeres les impedía ocupar ciertos cargos en el gobierno. Además, la nueva ministra de Mujeres, Aisha al-Dibs, afirmó que no daría espacio a organizaciones de la sociedad civil que no compartieran su visión, lo que generó una fuerte condena.

A pesar de estas declaraciones, hay señales de que las mujeres sirias están comenzando a ocupar roles importantes, como la designación de Maysaa Sabrine como directora del Banco Central de Siria, el primer nombramiento de este tipo en la historia del país.

La resiliencia de las mujeres en Idlib: Voces de esperanza

En Idlib, una de las zonas más afectadas por la guerra, las mujeres han jugado un papel fundamental en la reconstrucción de la sociedad. Delal Albesh, que ha dirigido un centro de formación profesional para mujeres en Idlib durante años, observa con optimismo los avances logrados. “Desde que muchos hombres fueron combatientes, las mujeres no se quedaron esperando. Trabajaron”, explica Albesh, señalando que muchas mujeres sirias han asumido responsabilidades para mantener a sus familias y apoyar a las comunidades tras la devastación del terremoto de 2023, que mató a miles de personas en el norte de Siria.

Albesh ha dirigido un centro de empoderamiento para mujeres en Idlib, proporcionando formación y oportunidades laborales a mujeres desplazadas por la guerra, ayudándolas a superar las secuelas de los bombardeos del régimen de Assad. Ahora, con la caída del régimen, busca expandir su trabajo a Damasco, con la esperanza de que el nuevo gobierno brinde apoyo a iniciativas de empoderamiento de mujeres a nivel nacional.

La dificultad de confiar en HTS

A pesar de las señales de cambio, muchas mujeres como Ghalia Rahhal siguen siendo escépticas sobre las promesas del gobierno transitorio dirigido por HTS. Rahhal, que actualmente se encuentra en Berlín, analiza con cautela cada paso que da el grupo. La activista recuerda las violaciones flagrantes que HTS cometió cuando aún operaba bajo el nombre de Jabhat al-Nusra, incluyendo un ataque a un centro para mujeres que ella cofundó.

Aunque algunos miembros del nuevo gobierno han expresado su disposición a cambiar, Rahhal se pregunta si el grupo realmente está dispuesto a transformar sus ideologías o si simplemente está actuando en su propio interés. Para ella, la clave del cambio radica en ver una representación genuina de las mujeres en los procesos de toma de decisiones. “No quiero ver 300 versiones de Aisha al-Dibs en el diálogo nacional, quiero ver representación real”, afirma Rahhal, quien se mantiene firme en su convicción de que las mujeres sirias tienen derecho a participar en la reconstrucción de su país, no solo como observadoras, sino como líderes.

Un futuro incierto, pero con esperanza

A pesar de los obstáculos y las incertidumbres, las mujeres sirias continúan luchando por un futuro en el que puedan ser parte activa de la toma de decisiones políticas y sociales. La historia de figuras como Ghalia Rahhal, Delal Albesh y muchas otras demuestra la resistencia, la valentía y el deseo de cambio de un grupo que, durante años, ha sido excluido y silenciado. Si bien las promesas de la nueva autoridad siria siguen siendo inciertas, la determinación de las mujeres de seguir luchando por sus derechos y por un lugar en la mesa de decisiones es más fuerte que nunca.

«Hemos demostrado que podemos hacer literalmente cualquier cosa», afirma Amina Albesh, destacando la capacidad de las mujeres sirias para reconstruir su país, incluso en medio de la adversidad. La verdadera pregunta es si el nuevo gobierno, sea cual sea, permitirá que las mujeres ocupen finalmente el lugar que merecen en la reconstrucción de Siria.

Crédito fotográfico:  Hasan Kattan/The Syria Campaign


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