
THE LATIN VOX (11 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El ministro de Migración de Suecia, Johan Forssell, expresó su «sorpresa y horror» al enterarse de que su hijo adolescente de 16 años estaba involucrado con grupos extremistas de ultraderecha.
La revelación fue un shock para el político, especialmente debido a que había seguido las redes sociales de su hijo, pero no había detectado ninguna señal de alarma sobre su implicación en estos círculos.
En una declaración pública ayer jueves, Forssell explicó que fue contactado por la Agencia de Seguridad Sueca (Säpo) hace unas semanas, quien le informó sobre las actividades de su hijo en grupos violentos de extrema derecha.
El ministro de la coalición de centro-derecha, que depende del apoyo de los Demócratas de Suecia (un partido de extrema derecha), decidió salir al paso de la noticia tras la publicación en la revista antirracista Expo, que reveló que un «familiar cercano de un ministro sueco» estaba vinculado a estos grupos.
“Como padre, estás impactado, horrorizado. Tengo un hijo de 15 años, que acaba de cumplir 16, y está profundamente arrepentido. Estas actividades ya han terminado, pero por supuesto, nuestras conversaciones continuarán», comentó Forssell en una entrevista con el canal de televisión TV4.
Un llamado a los padres: ¿Qué sabemos realmente de lo que hacen sus hijos en internet?
El ministro, al revelar el caso públicamente, afirmó que su intención era crear conciencia entre los padres sobre la importancia de saber qué están haciendo sus hijos en las redes sociales. «Esto debe ser un llamado de atención. ¿Cuánto realmente sabemos de lo que nuestros hijos hacen en las redes sociales? ¿Cómo podemos protegerlos de caer en algo que no queremos?», reflexionó Forssell en sus redes sociales.
A pesar de la gravedad del tema, Forssell aseguró que su hijo no está siendo investigado por ningún crimen, lo que desmarcó la situación de una implicación directa en actividades ilegales.
Sin embargo, el incidente resalta una tendencia alarmante que algunos expertos han observado en Suecia: el auge de grupos de ultraderecha más pequeños y flexibles que se infiltran en las redes sociales y reclutan a jóvenes varones, en su mayoría adolescentes, antes de moverlos a plataformas privadas y menos vigiladas.
La ultraderecha en Suecia: Un fenómeno en expansión
Aunque el extremismo de ultraderecha no es nuevo en Suecia, los últimos años han visto un cambio en la dinámica de estos grupos. Se han vuelto más dispersos y adaptables, aprovechando las plataformas sociales para atraer a una nueva generación de jóvenes, como lo demuestra el caso de Forssell.
Los grupos de extrema derecha activos en Suecia están en su punto más alto desde 2008, y los Demócratas de Suecia, que tienen raíces en el neonazismo, se han convertido en el segundo partido más grande del país, ejerciendo una considerable influencia dentro de la coalición de gobierno.
El hecho de que Forssell haya decidido hablar abiertamente sobre el tema, no solo responde a un gesto de responsabilidad como padre, sino también a su intención de proteger la privacidad y el bienestar de su hijo. “Esto no se trata de protegerme como político, esto es sobre proteger a un menor”, aclaró Forssell, con lo que dejó claro que su principal preocupación es el bienestar familiar.
Reacciones políticas: Doble moral y críticas a Forssell
El incidente ya ha tenido repercusiones políticas. La oposición sueca ha exigido que Forssell comparezca ante el Riksdag (el parlamento sueco) para dar explicaciones sobre cuánta información tenía el gobierno sobre las actividades de su hijo.
Los opositores también han criticado la postura del ministro en relación con las políticas de responsabilidad familiar, en particular por su defensa de reducir la edad de responsabilidad penal de 15 a 14 años.
El portavoz de políticas de migración del Partido de Izquierda, Tony Haddou, acusó a Forssell de doble moral: «Johan Forssell y el gobierno han adoptado una postura muy dura en cuanto a la responsabilidad que tienen los familiares en relación con los vínculos de sus hijos con, por ejemplo, el crimen organizado. Ahora parece que tienen un enfoque completamente diferente.»
Por su parte, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, manifestó ayer que sigue confiando en Forssell como su ministro de Migración, destacando que el comportamiento del político había sido «el que cualquier padre responsable tendría al enterarse de que su hijo está haciendo algo malo y se encuentra en mala compañía.»
¿Un desafío para el gobierno sueco?
El escándalo, aunque personal en su origen, ha tocado una fibra sensible en la política sueca. La relación del gobierno con los grupos de ultraderecha, representados en buena medida por los Demócratas de Suecia, ha sido objeto de escrutinio desde que el partido de Forssell llegó al poder.
Este episodio ha reavivado el debate sobre el alcance de la influencia de estos grupos en la sociedad sueca y la capacidad del gobierno para controlar el extremismo en su país.
En cuanto a Forssell, él afirmó que no tiene la intención de dimitir y que continuará con su labor como ministro. “Mi enfoque sigue siendo el mismo: estamos trabajando para implementar las políticas que el pueblo sueco nos ha encomendado», concluyó, reafirmando su compromiso con la agenda de su gobierno.
Mientras tanto, Säpo, la agencia de seguridad, declinó comentar sobre el caso de Forssell, pero dejó claro que están constantemente vigilando los ambientes de extremismo violento en el país.
Crédito fotográfico: Getty Images