THE LATIN VOX (9 de septiembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, figura central y controvertida de la política del país durante más de dos décadas, deberá cumplir un año de cárcel tras el fallo emitido este martes por la Corte Suprema de Tailandia.
El tribunal determinó que el magnate y político de 76 años no había cumplido debidamente la condena de ocho años por corrupción y abuso de poder que se le impuso en 2023.
El fallo pone fin a meses de especulación sobre el futuro judicial de Thaksin, quien tras regresar del exilio en agosto de 2023 pasó menos de 24 horas en prisión antes de ser trasladado a un hospital privado, donde permaneció seis meses alegando problemas de salud.
Posteriormente obtuvo la libertad condicional, en medio de críticas de que había recibido un trato privilegiado.
La sentencia y la controversia
“La enfermedad del acusado no constituía una urgencia médica, y su permanencia en un hospital no puede considerarse tiempo de reclusión”, leyó un magistrado durante la audiencia. La corte ordenó de inmediato la emisión de una orden de arresto y su traslado a la prisión de Bangkok.
El propio Thaksin reaccionó con un comunicado en redes sociales: “Aunque pierda mi libertad, seguiré teniendo libertad de pensamiento para el bien de mi país y de su pueblo”.
Su abogado insistió en que el exmandatario estuvo realmente enfermo y que su estancia en el hospital fue legítima, mientras sus seguidores denunciaron una decisión con motivaciones políticas.
Golpe a un clan político
El fallo supone otro duro golpe a la dinastía Shinawatra. El mes pasado, la hija de Thaksin, Paetongtarn Shinawatra, fue destituida como primera ministra por el Tribunal Constitucional, que la acusó de violar normas éticas en el manejo de un conflicto fronterizo. Tras la decisión, el Parlamento nombró al realista Anutin Charnvirakul como nuevo jefe de gobierno, relegando al partido Pheu Thai a la oposición.
Paetongtarn, presente en la corte, expresó su apoyo a su padre: “Mi familia y yo estamos preocupados, pero también orgullosos. Él hizo cosas históricas por el país. Hoy también es un día histórico: será el primer ministro sentenciado a prisión”.
De líder popular a figura debilitada
Thaksin llegó al poder en 2001, cimentando una base de apoyo masiva en el norte rural con programas de bienestar social y acceso a servicios básicos. No obstante, fue detestado por las élites conservadoras y la cúpula militar, que lo acusaron de corrupción y abuso de poder. Su trayectoria ha estado marcada por destituciones judiciales, golpes de Estado y exilios forzados.
Aunque durante su exilio conservó influencia política, su popularidad se ha erosionado desde su regreso, sobre todo tras sellar una controvertida alianza con partidos vinculados a los militares, sus viejos enemigos. Para muchos de sus antiguos simpatizantes, ese pacto representó una traición.
Un futuro incierto
El fallo de la Corte Suprema reconfigura aún más el panorama político tailandés. Con Thaksin encarcelado, su hija apartada del poder y el Pheu Thai debilitado, el bloque realista-militar consolida su control en un país donde los tribunales han sido actores decisivos en la pugna por el poder.
En un país habituado a la inestabilidad política, la caída de Thaksin marca un punto de inflexión: la figura que alguna vez simbolizó la resistencia contra el establishment ha terminado derrotada por las mismas instituciones que combatió.
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