Tailandia: La congelación de ayuda extranjera de USAid en la frontera tailandesa-myanmar tiene consecuencias mortales para los refugiados

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THE LATIN VOX (26 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

A lo largo de la frontera entre Tailandia y Myanmar, la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de suspender la ayuda exterior ha tenido un impacto devastador. A pesar de los compromisos del secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, de que la asistencia vital para la vida estaría exenta de la congelación de la ayuda de USAID, grupos y organizaciones que prestan atención crítica se han visto obligados a detener su trabajo, dejando a miles de refugiados en una situación peligrosa.

Wah K’Ler Paw, una refugiada de Myanmar de 30 años, es un triste ejemplo de las consecuencias fatales de esta decisión. Wah K’Ler Paw sobrevivió durante dos semanas sin diálisis después de que la suspensión de ayuda de EE. UU. interrumpiera los servicios médicos proporcionados por organizaciones respaldadas por Washington. “Nunca se quejó de lo que estaba pasando”, dijo su esposo, Thaw, desde el campamento de refugiados Mae La, donde la pareja vivía junto a su hija de dos años, Thaw Wah.

El 16 de febrero, después de ser trasladada a un hospital tailandés para recibir tratamiento, Wah K’Ler Paw murió. Esta tragedia no es un caso aislado. En febrero, otra refugiada, Pe Kha Lau, de 71 años, murió en el campamento de refugiados Umpiem Mai después de una lucha por respirar.

Cuatro días antes, había sido dada de alta de una instalación médica en el campamento, también afectada por la retirada de la ayuda de la IRC, el Comité Internacional de Rescate, que hasta entonces operaba estas instalaciones.

A pesar de las promesas de que la asistencia vital no se vería afectada, muchas organizaciones no gubernamentales (ONG) que operan en la región fronteriza de Tailandia y Myanmar, como la IRC, no han recibido exenciones para continuar sus operaciones.

La congelación de fondos ha paralizado servicios esenciales, desde atención médica hasta el suministro de agua potable y la eliminación de residuos. Los refugiados, que dependen completamente de estas organizaciones para sobrevivir, se han visto obligados a realizar labores que antes les eran proporcionadas, como la construcción de pozos, ante la falta de combustible para los generadores que operaban los sistemas de bombeo de agua.

El impacto directo en los refugiados

El impacto en los refugiados es devastador. Muchos, sin acceso a servicios médicos vitales, han tenido que pagar de su bolsillo para acceder a atención en hospitales tailandeses locales, algo completamente fuera de su alcance debido a la falta de recursos.

Kanchana Thornton, directora de Burma Children’s Medical Fund, destacó la situación desesperada de aquellos que necesitan cirugía, desde operaciones cardíacas hasta ortopédicas, y no pueden acceder a los servicios por la suspensión de fondos.

Mar Mar Aye, una mujer de 59 años que sufrió graves heridas durante las protestas pro-democracia en Myanmar tras el golpe militar de 2021, es otro ejemplo.

A pesar de necesitar atención médica urgente, incluyendo cirugía para tratar las secuelas de sus heridas, su tratamiento fue suspendido debido a la falta de fondos. Su situación es solo una de muchas; otros refugiados también han visto cómo sus cirugías y tratamientos han sido cancelados.

El desafío para los servicios médicos en los campos

La situación en los campos de refugiados, que albergan a unas 90,000 personas, es cada vez más insostenible. A pesar de los esfuerzos de médicos tailandeses como el Dr. Tawatcha Yingtaweesak, que está ayudando a gestionar las instalaciones médicas en el campamento de Mae La, la falta de recursos es una preocupación constante.

La temporada de lluvias que se avecina podría empeorar la situación, trayendo consigo más enfermedades que los médicos locales no podrán controlar debido a la falta de apoyo internacional.

“El acceso al tratamiento médico es un derecho humano básico, y ahora viven en un gran complejo, como una jaula”, expresó el Dr. Yingtaweesak, preocupado por el futuro de los refugiados que no tienen acceso a atención médica adecuada.

Un duro golpe a la imagen de EE. UU.

La decisión de suspender la ayuda a estas organizaciones no solo ha tenido un costo humano, sino que también ha puesto en duda la imagen de EE. UU. a nivel global. Al ser el mayor donante de ayuda humanitaria en el mundo, el país ha jugado un papel crucial en la asistencia a los refugiados de Myanmar, pero ahora, con la retirada de fondos, muchos se preguntan sobre la motivación detrás de este cambio de política.

Bweh Say, secretario del Comité de Refugiados Karen, señaló que la interrupción de los servicios vitales por parte de la IRC y otras organizaciones ha provocado un colapso en los servicios básicos en los campamentos, y agregó: “Esto afectará la imagen de EE. UU. y hará que el mundo piense que son insensibles”.

Una incertidumbre para los refugiados

El futuro de los refugiados a lo largo de la frontera tailandesa-myanmara sigue siendo incierto. Con la suspensión de fondos y el cierre de operaciones esenciales, la vida de miles de personas está en peligro. Aunque algunos programas continúan operando gracias a exenciones parciales, el alcance de la ayuda sigue siendo insuficiente para abordar las necesidades urgentes de los refugiados.

La comunidad internacional ahora observa con atención cómo Estados Unidos maneja la situación de los refugiados de Myanmar, especialmente en un contexto donde la crisis política y humanitaria parece no tener fin. Los muertos por esta suspensión de ayuda no son solo cifras: son vidas que se han perdido debido a decisiones políticas tomadas en Washington, que, en este caso, no lograron salvar a quienes más lo necesitaban.

Crédito fotográfico:  Shakeel/Reuters


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