
THE LATIN VOX (14 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un giro radical en la política de seguridad nacional, el nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching-te, ha calificado formalmente a China como una «fuerza hostil extranjera» y ha anunciado una serie de medidas para reforzar la seguridad del país frente a lo que considera una creciente amenaza de infiltración por parte del gigante asiático.
Esta declaración se produce en un contexto de tensión creciente y de una serie de casos de espionaje que, según el presidente, han sido facilitados por China como parte de sus esfuerzos por desestabilizar a Taiwán desde adentro.
Un llamado a la acción: medidas drásticas ante la amenaza china
El discurso de Lai, pronunciado el jueves tras una reunión de alto nivel sobre seguridad nacional, incluye una propuesta particularmente controvertida: la reactivación de un sistema de tribunales militares en tiempos de paz.
Este sistema había sido abolido en 2014 tras una fuerte oposición interna, tras los incidentes relacionados con la muerte de un recluta durante una investigación militar. El regreso a tribunales militares ha generado una ola de críticas, especialmente entre los partidos de oposición, quienes temen que esta medida represente un retroceso en los derechos humanos.
Lai explicó que estas medidas son necesarias debido a lo que considera «ataques de zona gris» por parte de China, que incluyen la infiltración en el gobierno, las fuerzas armadas y la sociedad taiwanesa. Según el presidente, China ha estado aprovechando las libertades y la apertura de Taiwán para reclutar desde grupos de delincuentes hasta miembros de las fuerzas armadas y la policía, con el objetivo de «dividir, destruir y subvertir desde dentro».
Reacciones y tensiones con Pekín
El discurso de Lai provocó una rápida reacción por parte de Pekín, que lo acusó de ser un “destructor de la paz a través del estrecho” y de empujar a Taiwán hacia un “peligroso borde de la guerra”. La retórica agresiva de China se hace eco de sus intenciones de reunificar la isla con el continente, una cuestión que sigue siendo una de las piedras angulares de la política exterior china.
El gobierno chino ha reiterado su preferencia por una «reunificación pacífica», aunque ha endurecido su lenguaje, dejando claro que está dispuesto a recurrir al uso de la fuerza militar si Taiwán persiste en su camino hacia la independencia. La Oficina de Asuntos de Taiwán de China advirtió que cualquier acción separatista sería respondida con «acciones decididas».
Medidas adicionales: Control sobre los viajeros y residentes chinos
Además de la reactivación de los tribunales militares, Lai ha propuesto una serie de medidas adicionales para aumentar el control sobre la influencia china en la isla. Estas incluyen restricciones más severas sobre los viajeros chinos y los nuevos residentes provenientes de China, así como un monitoreo más estrecho de los taiwaneses que trabajen o viajen a China.
En este contexto, el presidente subrayó que Taiwán ha procesado a numerosos militares actuales y retirados que fueron reclutados como espías por Pekín. Además, ha criticado a varios artistas e influencers taiwaneses que han apoyado públicamente las reclamaciones de China sobre Taiwán.
Uno de los ejemplos recientes más destacados fue la expulsión de un residente de Taiwán nacido en China que había publicado contenido en línea apoyando la invasión china de la isla. Según Lai, el ofrecimiento por parte de China de pasaportes o residencias a ciudadanos taiwaneses forma parte de una estrategia para confundir la identidad nacional de los taiwaneses.
El contexto internacional: La política china sigue presionando
Mientras Taiwán fortalece su seguridad interna, Pekín sigue adelante con sus esfuerzos diplomáticos y militares para presionar a la isla. Esta semana, China concluyó su reunión anual de los “Dos Sesiones”, donde se reafirmó el objetivo de anexionar Taiwán, al mismo tiempo que se insistió en la necesidad de castigar a los líderes taiwaneses que Pekín considera «separatistas». La presencia de 12 jets de combate y 7 buques de guerra chinos cerca de Taiwán la mañana del viernes es solo un reflejo más de las crecientes tensiones en la región.
El futuro incierto de Taiwán
Con estas medidas, Taiwán parece estar marcando un claro punto de inflexión en su estrategia de seguridad. Mientras Pekín continúa sus amenazas, la isla se ve cada vez más atrapada entre la necesidad de reforzar su defensa interna y la presión internacional por mantener la paz en la región.
Si bien la mayoría de los taiwaneses apoyan la defensa de su democracia y autonomía, el futuro de la isla se perfila incierto, con un equilibrio delicado entre la diplomacia y la confrontación militar.
La comunidad internacional, especialmente los aliados de Taiwán, sigue de cerca estos desarrollos. En un momento en que las tensiones en el estrecho de Taiwán nunca han sido mayores, el presidente Lai está decidido a reforzar la seguridad nacional, pero los riesgos de un conflicto abierto con China parecen más cercanos que nunca.
Crédito fotográfico: TAIWAN PRESIDENTIAL OFFICE/AFP/Getty Images