En un movimiento que ha generado una ola de reacciones tanto a nivel nacional como internacional, los talibanes en Afganistán han formalizado un conjunto de leyes de moralidad que imponen estrictas normas de conducta para la población. Estas leyes, que fueron ratificadas por el líder supremo espiritual de los talibanes, Haibatullah Akhundzada, y publicadas oficialmente por el Ministerio de Justicia, incluyen la obligación para las mujeres de cubrirse completamente el cuerpo y el rostro, y para los hombres, de dejarse crecer la barba.
El Ministerio para la Prevención del Vicio y la Promoción de la Virtud, encargado de la implementación de estas normas, ha estado aplicando requisitos similares desde que los talibanes retomaron el control de Afganistán en 2021. Sin embargo, la codificación formal de estas reglas marca un endurecimiento en la aplicación de las mismas. Las nuevas leyes también prohíben a los conductores de automóviles reproducir música y establecen penas que van desde advertencias verbales hasta la detención en cárceles públicas por períodos de una hora a tres días.
Las restricciones impuestas por los talibanes han sido objeto de duras críticas por parte de grupos de derechos humanos y gobiernos extranjeros, que argumentan que estas medidas violan los derechos fundamentales de las mujeres y limitan la libertad de expresión. Heather Barr, Directora Asociada de la División de Derechos de las Mujeres de Human Rights Watch, señaló que estas leyes son una escalada gradual de la represión que se ha visto en los últimos tres años.
La comunidad internacional, liderada por Washington, ha dejado claro que el reconocimiento formal de los talibanes como gobierno legítimo de Afganistán está condicionado a la reversión de estas políticas restrictivas y a la apertura de escuelas secundarias para niñas. No obstante, los talibanes sostienen que respetan los derechos de las mujeres de acuerdo con su interpretación de la ley islámica y las costumbres locales, y que estos asuntos deben ser tratados internamente.
Las nuevas leyes de moralidad, que constan de 35 artículos, obligan a las mujeres a usar vestimentas que cubran completamente sus cuerpos y rostros, y prohíben a los hombres afeitarse la barba, así como omitir las oraciones y los ayunos religiosos. Las sanciones por violaciones incluyen «consejos, advertencias de castigo divino, amenazas verbales, confiscación de bienes, detención de una hora a tres días en cárceles públicas y cualquier otro castigo que se considere apropiado».
La publicación de estas leyes ha suscitado preocupación entre los ciudadanos afganos, especialmente entre las mujeres, que ven en estas medidas un intento de borrarlas de la vida pública. Una ama de casa de 37 años en Kabul, identificada solo como Halema, expresó su frustración diciendo: «Día a día, están tratando de borrarnos de la sociedad. El silencio de la comunidad internacional respecto a las acciones de los talibanes les está animando a crear nuevas leyes y restricciones cada día».
La formalización de estas leyes de moralidad por parte de los talibanes representa un paso significativo en la consolidación de su control sobre la vida cotidiana en Afganistán. Mientras la comunidad internacional sigue debatiendo cómo responder a estas medidas, los ciudadanos afganos enfrentan un futuro incierto bajo un régimen que busca imponer su visión estricta de la ley islámica.