
THE LATIN VOX (6 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un momento crítico para la diplomacia global, el enviado especial del presidente estadounidense Donald Trump, Steve Witkoff, se reunió este miércoles con el presidente ruso Vladimir Putin en el Kremlin, a solo dos días de que expire el plazo impuesto por Washington para alcanzar un acuerdo de paz en Ucrania o enfrentar nuevas sanciones.
La reunión, que duró aproximadamente tres horas, marca la quinta visita de Witkoff a Moscú desde que fue nombrado negociador principal de Trump ante el Kremlin. Aunque no se emitió ningún comunicado oficial al término del encuentro, la tensión internacional crece ante la proximidad de la fecha límite: este viernes.
Un enviado inusual en tiempos extraordinarios
Witkoff, un abogado inmobiliario sin experiencia diplomática previa, ha generado controversia por su estilo poco ortodoxo y su cercanía personal con Trump. A pesar de las dudas entre los aliados europeos sobre su idoneidad para la misión, ha logrado mantener un canal de comunicación directo con el presidente ruso.
Horas antes del encuentro, Witkoff fue fotografiado caminando por un parque en el centro de Moscú junto a Kirill Dmitriev, un alto funcionario ruso clave en las negociaciones. La imagen fue interpretada como un gesto de distensión, aunque no está claro si se lograron avances concretos.
Un ultimátum en el horizonte
La presión viene directamente de la Casa Blanca. Trump, en un cambio de tono hacia Rusia, acortó un plazo inicial de 50 días y ha condenado públicamente los ataques rusos a civiles en Kyiv como “repugnantes”. El mandatario ha amenazado con imponer aranceles secundarios a los países que sigan importando petróleo ruso si no se alcanza un acuerdo antes del viernes.
“Tenemos una reunión con Rusia mañana. Veremos qué pasa”, dijo Trump este martes, manteniendo la ambigüedad sobre si las sanciones se aplicarán de inmediato.
En paralelo, el ex presidente ruso Dmitri Medvédev advirtió que esta “retórica agresiva” podría llevar a un conflicto directo entre Moscú y Washington. En respuesta, Trump ordenó el reposicionamiento de dos submarinos nucleares estadounidenses, una medida que eleva la tensión geopolítica.
Zelenskyy observa con atención
Desde Kyiv, el presidente ucraniano Volodímir Zelenskyy expresó su apoyo a los esfuerzos diplomáticos: “Ucrania ve la voluntad política y aprecia el apoyo de nuestros socios, de Estados Unidos y de todos los que están ayudando”.
Sin embargo, los bombardeos rusos contra ciudades ucranianas continúan casi todas las noches. Sólo en Kyiv, 72 personas han muerto desde mayo por ataques con drones kamikaze. En el sur, un centro recreativo fue alcanzado este miércoles, dejando dos muertos y doce heridos.
Ucrania ha respondido atacando infraestructura energética y militar rusa con drones de largo alcance, lo que ha obligado a cerrar aeropuertos en varias regiones de Rusia.
¿Una tregua parcial?
Aunque ni Rusia ni Estados Unidos han confirmado propuestas específicas, medios como Bloomberg y el sitio independiente ruso The Bell sugieren que el Kremlin podría estar dispuesto a detener los ataques de largo alcance como una oferta inicial. Tal medida podría ofrecer una pausa humanitaria y abrir la puerta a negociaciones más amplias.
Zelenskyy ha propuesto una cumbre directa con Putin, moderada por Trump o el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, pero Moscú ha rechazado la idea hasta ahora, delegando las conversaciones a representantes de bajo nivel en Estambul. La última ronda, en julio, duró menos de una hora.
Un delicado equilibrio global
Mientras el mundo observa, la diplomacia se mueve al filo de la navaja. La próxima visita del asesor de seguridad nacional de Trump, Keith Kellogg, a Kyiv —aún sin fecha confirmada— podría ser clave para coordinar posiciones con Ucrania.
El reloj avanza hacia el viernes. Si no se alcanzan avances sustanciales, el escenario podría oscilar entre un endurecimiento de las sanciones económicas o una peligrosa escalada militar.
Crédito fotográfico: BBC News