
En el escenario político canadiense, las tarifas arancelarias han vuelto a ocupar un lugar central en el debate electoral de Ontario. Los principales líderes partidarios se encuentran en alerta ante la inminente amenaza del gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles del 25 % sobre las importaciones de acero y aluminio, incluidos los provenientes de Canadá y México. Esta decisión del presidente Donald Trump ha generado una reacción inmediata de los candidatos, quienes intentan posicionarse de manera estratégica en este escenario de incertidumbre económica y política.
El líder del Partido Progresista Conservador (PC), Doug Ford, fue uno de los primeros en pronunciarse sobre la situación durante un evento de campaña en Oakville. Ford advirtió que Canadá y sus provincias deben estar preparados para reaccionar con rapidez ante las medidas proteccionistas de Trump. «Aún estamos analizando el alcance y el impacto de estos aranceles, pero lo que sabemos con certeza es que esto es parte de los próximos cuatro años… un constante cambio de reglas y un caos permanente diseñado para dañar nuestra economía y socavar a nuestros trabajadores», afirmó.
Ford ha basado su campaña en la idea de que necesita un mandato claro de cuatro años para enfrentar los desafíos que plantea la administración estadounidense. En este contexto, volvió a proponer la llamada «Fortaleza Am-Can» («Fortress Am-Can»), una alianza energética y de seguridad entre Canadá y EE.UU. con el objetivo de competir con China en la carrera global por los recursos y la innovación. Sin embargo, esta idea no ha encontrado eco ni en el gobierno federal de Canadá ni en la administración de Trump.
Durante su intervención, Ford también anunció que, en caso de ser reelegido, su gobierno prohibiría el uso de componentes chinos en la adquisición de energía y evitaría que empresas estatales chinas adquieran participación en proyectos críticos de minerales y energía financiados por Ontario. No obstante, cuando CBC News consultó a su equipo de campaña sobre ejemplos concretos de este tipo de inversiones en la provincia, la respuesta fue que no existen casos conocidos y que necesitarían tiempo para investigar si ha ocurrido en el pasado.
El viaje de Ford a Washington, D.C., programado para esta semana, ha generado críticas entre sus opositores políticos. Ford tiene previsto reunirse con legisladores y líderes empresariales estadounidenses para argumentar en contra de los aranceles, pero sus rivales consideran que este viaje es un uso inapropiado de su cargo en medio de una campaña electoral que él mismo convocó. Además, lo acusan de desviar la atención de temas clave como el sistema de salud y la crisis de vivienda en Ontario.
Bonnie Crombie, líder del Partido Liberal de Ontario, criticó duramente a Ford, acusándolo de no estar preparado para la amenaza de los aranceles estadounidenses. Según Crombie, Ford ha fallado en diversificar los socios comerciales de Ontario y en reducir las barreras interprovinciales al comercio. «La realidad es que Ford ha sido tomado por sorpresa porque no ha protegido nuestra economía. No ha diversificado nuestras relaciones comerciales ni ha trabajado en reducir las barreras comerciales internas. No ha protegido nuestros empleos. El único trabajo que Doug Ford quiere proteger es el suyo», sentenció.
Por su parte, la líder del Nuevo Partido Democrático (NDP), Marit Stiles, visitó Hamilton, una ciudad que podría verse severamente afectada por una guerra comercial prolongada con EE.UU. «Sé que muchas personas en Hamilton y en toda Ontario están preocupadas y temerosas por sus empleos y su futuro», declaró. Stiles aseguró que luchará por cada empleo del sector del acero y el aluminio y reiteró la necesidad de blindar la economía de Ontario contra los aranceles, aunque no proporcionó detalles específicos sobre cómo lo lograría.
Además, Stiles utilizó su plataforma para prometer reformas en el sector de la salud. Anunció que, si llega al poder, establecerá ratios seguros de enfermeras por paciente en los hospitales para mejorar la calidad del servicio y evitar el agotamiento del personal. Su plan también incluye la contratación de al menos 15,000 enfermeras en los próximos tres años, con un costo estimado de 1.500 millones de dólares. Asimismo, propuso redirigir cientos de millones de dólares de agencias privadas de personal sanitario hacia el sistema público.
El anuncio de Trump sobre los aranceles llega en un momento crítico para Ontario, donde la economía ya enfrenta múltiples desafíos. La inflación, el acceso a la vivienda y la crisis en el sistema de salud han sido temas centrales en la campaña electoral, pero ahora la incertidumbre comercial con EE.UU. podría redefinir el debate político. La reacción de los líderes provinciales y la estrategia del gobierno federal serán clave para determinar el impacto de estas medidas proteccionistas en la economía canadiense.
Mientras Ford se embarca en su viaje a Washington para defender los intereses de Ontario, sus oponentes continúan presionándolo sobre su desempeño en cuestiones domésticas. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, la decisión de los votantes podría depender no solo de las propuestas locales de los candidatos, sino también de cómo manejen la creciente tensión comercial con el vecino del sur.