
THE LATIN VOX (31 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
A tan solo un día del plazo límite impuesto por el presidente estadounidense Donald Trump, las negociaciones comerciales entre Canadá y Estados Unidos aún no han concluido, y todo apunta a que el reloj podría vencer antes de que se logre un acuerdo.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, reconoció ayer que es “posible que [las negociaciones] no concluyan antes del primero de agosto”.
Desde el inicio del verano, las conversaciones entre ambas naciones —socios fundamentales en el tratado CUSMA (Tratado entre Canadá, Estados Unidos y México)— se han intensificado, pero también se han vuelto más tensas.
Trump ha amenazado con aplicar un arancel del 35% sobre productos que no cumplan con las reglas del tratado, lo que afectaría directamente a exportaciones canadienses ya sujetas a un 25% de arancel bajo sus poderes de emergencia.
“El presidente ha sido muy claro en que ciertos sectores son estratégicos para la economía estadounidense: aluminio, acero, automóviles, productos farmacéuticos, semiconductores y madera”, explicó Carney durante una rueda de prensa.
Aun así, insistió en que Ottawa no se apresurará a cerrar un trato a cualquier costo. “Nuestro objetivo no es alcanzar un acuerdo a toda costa”, dijo la semana pasada.
Como si la presión no fuera suficiente, el miércoles Trump anunció un nuevo arancel del 50% sobre productos de cobre, incluidos tubos y cables, que entrará en vigor este viernes. Esta medida se suma a un clima ya enrarecido por la acusación de Trump de que el tráfico de fentanilo representa una amenaza a la seguridad nacional, una justificación que ha utilizado para aumentar los aranceles.
Desde la Casa Blanca, se especificó que la nuevo arancel se aplicará únicamente a productos semielaborados y aquellos con un uso intensivo de cobre en su fabricación. Sin embargo, analistas temen que este movimiento sea una señal de que Washington se está preparando para una escalada arancelaria más amplia.
A pesar de la creciente tensión, los principales negociadores canadienses, la embajadora Kirsten Hillman y el ministro Dominic LeBlanc, han restado importancia a la posibilidad de llegar a un acuerdo antes del 1 de agosto. “Es importante reconocer que el trato adecuado llega en el momento adecuado”, declaró Hillman. “Debemos estar dispuestos a seguir negociando hasta alcanzar ese punto”.
El presidente Trump, por su parte, lanzó una advertencia la semana pasada: “Canadá podría ser uno de esos casos donde simplemente se impone un arancel, no realmente una negociación”, sugiriendo que Estados Unidos podría cerrar la puerta al diálogo en cualquier momento.
Con las horas contadas, el futuro del comercio entre dos de las economías más interconectadas del hemisferio occidental está en juego. Mientras tanto, las empresas, exportadores y trabajadores a ambos lados de la frontera se preparan para lo que podría ser un cambio drástico en las reglas del juego comercial.
Crédito fotográfico: The Guardian (UK)