
THE LATIN VOX (26 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Las relaciones entre Colombia y Ecuador se han tensado esta semana tras una decisión del gobierno ecuatoriano que Bogotá calificó como “un gesto inamistoso”.
Según denunció la Cancillería colombiana este viernes, Ecuador inició la deportación de ciudadanos colombianos recluidos en sus cárceles sin haber establecido previamente protocolos bilaterales para su repatriación.
“El gobierno ecuatoriano actuó de manera unilateral, desatendiendo las reiteradas solicitudes de Colombia para acordar mecanismos que aseguren condiciones dignas y un traslado seguro para nuestros connacionales”, señala el comunicado oficial de la Cancillería colombiana.
La medida sorprendió a las autoridades colombianas, que aseguraron haberse enterado formalmente de la intención de deportación apenas un día antes de que comenzara el proceso. Según Bogotá, no se entregó una cifra clara de cuántos presos serían trasladados ni se definieron los términos bajo los cuales se realizaría el procedimiento.
Un decreto en medio de una crisis carcelaria
La decisión de Ecuador se ampara en un decreto emitido en enero de 2024 por el presidente Daniel Noboa, quien ordenó la expulsión de ciudadanos extranjeros que estén cumpliendo condenas en el sistema penitenciario ecuatoriano.
El decreto se enmarca dentro de una serie de medidas de emergencia adoptadas por el mandatario tras declarar la existencia de un «conflicto armado interno» en el país, motivado por una escalada de violencia, incluyendo motines, fugas masivas y asesinatos dentro de cárceles.
El sistema penitenciario ecuatoriano ha sido señalado por organismos internacionales por su colapso estructural, hacinamiento y la creciente influencia de grupos delictivos. Noboa ha prometido recuperar el control de las prisiones como uno de los ejes centrales de su política de seguridad.
Preocupación por los derechos humanos
Colombia ha expresado su preocupación por las condiciones en que se estarían ejecutando las deportaciones y ha exigido que se garantice el respeto a los derechos fundamentales de las personas privadas de la libertad, incluso si se encuentran en territorio extranjero.
“Colombia, haciendo uso de los canales diplomáticos, ha expresado su más enérgica protesta ante el Gobierno del Ecuador por este gesto inamistoso hacia nuestro país”, declaró la Cancillería. “Se encuentra evaluando las acciones pertinentes para atender la situación y evitar que se sigan cometiendo arbitrariedades.”
Hasta el momento, el Gobierno ecuatoriano no ha respondido públicamente a las acusaciones.
Una diplomacia a prueba
Este episodio pone a prueba las relaciones bilaterales entre dos países vecinos que comparten desafíos comunes en materia de seguridad y migración, pero que ahora enfrentan un delicado desacuerdo sobre la forma en que deben gestionarse los derechos y deberes de sus ciudadanos en contextos penitenciarios.
La situación también refleja el creciente uso de la política migratoria y carcelaria como herramienta de control interno por parte de gobiernos en crisis, incluso a costa de generar tensiones diplomáticas.
Mientras tanto, los presos colombianos en Ecuador —que ya enfrentan condiciones extremas en las cárceles del país andino— quedan en medio de un forcejeo diplomático que aún no tiene una solución clara a la vista.
Fuente: CNN en Español.
Crédito fotográfico: Qué Pasa