THE LATIN VOX (13 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El premier de Terranova y Labrador, Andrew Furey, se encuentra en un momento decisivo. Tras un reciente acuerdo con el primer ministro de Quebec, François Legault, para reemplazar el desbalanceado contrato de 65 años que regula el proyecto hidroeléctrico de Churchill Falls, Furey se prepara para vender esta nueva propuesta a un público cauteloso, marcado por la experiencia de costosos megaproyectos del pasado.
Este nuevo acuerdo, firmado el jueves, tiene el potencial de transformar la economía de la región. Según las cifras de Hydro-Québec, el precio que la provincia de Quebec paga por la electricidad generada en Churchill Falls es 51 veces menor que el precio al que vende esa misma energía, lo que ha generado una serie de quejas en Terranova y Labrador por la explotación de sus recursos sin una compensación adecuada.
El acuerdo busca ampliar la producción hidroeléctrica en Labrador y se proyecta que generará al menos 200 mil millones de dólares para la provincia en los próximos 50 años. Furey, con un optimismo palpable, declaró que «el cielo es el límite con esta energía», y se comprometió a llevar esta propuesta directamente a las comunidades de Labrador, incluidas las poblaciones indígenas, para asegurar su respaldo. El premier se dirigió a Happy Valley-Goose Bay y a la propia Churchill Falls para reunirse con los residentes, que han sido históricamente los más afectados por la explotación de estos recursos.
Furey también ha estado intensificando su presencia en los medios, brindando entrevistas para explicar los detalles del acuerdo y aclarar sus beneficios para la provincia. La firma del memorando de entendimiento (MOU) con Quebec no es solo un paso en la negociación, sino un punto de inflexión que, según Furey, representará una nueva era para Terranova y Labrador. «Esto lo cambia todo», afirmó, destacando que la nueva propuesta de energía podría crear miles de empleos, generar ingresos mucho mayores a largo plazo y brindar más energía para Labrador.
Sin embargo, no todos comparten el entusiasmo de Furey. Los líderes de la oposición, como Tony Wakeham del Partido Conservador y Jim Dinn del Partido Nuevo Demócrata, han expresado sus reservas. Mientras que Furey se muestra confiado en que este acuerdo beneficiará a la provincia, la oposición exige mayor claridad sobre los detalles del acuerdo. «Hemos escuchado mucho sobre el dinero, pero queremos ver los detalles», comentó Wakeham antes de una sesión informativa programada a última hora. Dinn, por su parte, subrayó que antes de unirse a las celebraciones, quiere asegurarse de que el acuerdo sea realmente favorable para los intereses de Terranova y Labrador.
El principal temor de los opositores es que, en el afán de cerrar el trato rápidamente, Furey esté priorizando sus intereses políticos en lugar del bienestar a largo plazo de la provincia. Con las elecciones programadas para el 14 de octubre de 2025, algunos ven en este acuerdo una jugada estratégica para ganar apoyo antes de los comicios. «No puede ser sobre las próximas elecciones. Tiene que ser sobre la próxima generación», advirtió Wakeham.
El acuerdo, que ha estado en negociación durante casi cuatro años, será debatido en una sesión especial de la Asamblea Legislativa a principios de enero, donde se decidirá si la provincia avanza con este MOU. En este contexto, Furey ha insistido en que, si Quebec desea obtener más energía de Terranova y Labrador, debe estar dispuesta a pagar el precio justo por ella. Los líderes de la oposición, por su parte, piden garantías de que este trato será beneficioso a largo plazo y protegerá los intereses de la provincia.
La discusión sobre este acuerdo no es solo una cuestión política; también es una oportunidad histórica para redefinir la relación de Terranova y Labrador con sus recursos naturales. Con una posible inversión de 200 mil millones de dólares en juego, el impacto de esta decisión será monumental. Ahora, tanto el gobierno provincial como la oposición deberán asegurarse de que este acuerdo no solo sea rentable, sino que también sea justo para todos los habitantes de la región.
Crédito fotográfico: Paul Daly / The Canadian Press