
THE LATIN VOX (24 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Tesla, el otrora gigante indiscutible del mercado de vehículos eléctricos, enfrenta su segundo trimestre consecutivo de pérdidas económicas.
La compañía informó una disminución del 12% en sus ingresos respecto al año anterior, alcanzando los $22.5 mil millones, por debajo de las previsiones de Wall Street. Las ganancias operativas también cayeron drásticamente: un 42%, situándose en apenas $900 millones.
Este panorama sombrío ocurre en medio de una tormenta perfecta para la compañía: desaceleración en las ventas globales, caída sostenida del precio de sus acciones, fracasos tecnológicos y la cada vez más polémica figura de su CEO, Elon Musk, cuya incursión en la política estadounidense ha generado divisiones dentro y fuera del mundo empresarial.
Elon Musk: De magnate tecnológico a figura polarizante
Durante una llamada con inversionistas el miércoles, Musk mantuvo su tono característico de optimismo excéntrico, asegurando que Tesla “tiene posibilidades de convertirse en la empresa más valiosa del mundo”.
Destacó el lanzamiento limitado de sus robotaxis sin conductor en Austin y la apertura de un restaurante temático de Tesla en Los Ángeles, al que calificó como “un éxito total”. También anunció que su robot humanoide “Optimus” ya deambula solo por las instalaciones de la compañía.
Sin embargo, los inversionistas parecen menos convencidos: las acciones de Tesla cayeron un 5% tras el anuncio. A lo largo de 2025, el valor de la compañía ha oscilado violentamente, cayendo casi un 50% desde su pico de $428 por acción en enero hasta $222 en marzo. En lo que va del año, la caída acumulada es de aproximadamente un 13%.
Un mercado que se aleja y una imagen que se erosiona
Las razones del declive van más allá de lo financiero. Las entregas de vehículos cayeron un 14% respecto al año anterior, con retrocesos marcados tanto en Estados Unidos como en Europa. En California, las matriculaciones de Tesla han descendido durante siete trimestres consecutivos; en Europa, las ventas bajaron un 27.9% en mayo. Mientras tanto, competidores como BYD, Hyundai y Volkswagen muestran un crecimiento sostenido.
Expertos señalan que la figura de Musk ha pasado de ser un activo valioso a un lastre reputacional. Su fugaz participación en el gobierno de Donald Trump, donde lideró la llamada “Department of Government Efficiency” (Doge), lo convirtió en blanco de protestas nacionales y boicots contra Tesla. La situación estalló cuando Musk y Trump protagonizaron un enfrentamiento público que incluyó insultos cruzados en redes sociales, lo que precipitó otra caída de las acciones.
“El caso de Tesla demuestra cómo la imagen personal de un CEO puede arrastrar a toda una marca”, explica Dipanjan Chatterjee, analista de Forrester. “Muchos consumidores ahora asocian a Tesla con una marca tóxica inseparable de Musk, lo que representa una amenaza grave para su crecimiento”.
Robotaxis bajo la lupa y ambiciones desbordadas
Musk apostó fuerte por los robotaxis como el próximo gran hito de Tesla. Sin embargo, el lanzamiento en Austin ha sido objeto de burlas en redes sociales, con vídeos que muestran vehículos circulando en sentido contrario, fallando giros simples y superando los límites de velocidad. Dos días después, la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) abrió una investigación formal.
Pese a las críticas, Musk anunció que expandirá el servicio a California, Arizona y Florida antes de fin de año, y aseguró que “la mitad de la población estadounidense” tendrá acceso a los robotaxis en los próximos meses.
También prometió que Tesla sería “extremadamente paranoica con la seguridad”, aunque sus bromas de doble sentido durante la llamada con analistas –como referirse al servicio como “más grande y más largo”– generaron nuevas críticas.
Una nueva aventura política
Aunque Musk dice estar “enfocado nuevamente en sus empresas”, también reveló planes para fundar su propio partido político: “The America Party”. Su ambición de influir en la política estadounidense continúa, pese a las divisiones que ha generado tanto en la industria tecnológica como en el electorado.
Tesla enfrenta ahora un dilema de identidad: ¿puede sobrevivir a su propio creador? El legado de innovación que alguna vez definió a la compañía está siendo eclipsado por errores estratégicos, decisiones controvertidas y una figura pública que no deja de polarizar.
En un mercado que avanza hacia la electrificación con múltiples actores emergentes, el futuro de Tesla ya no parece asegurado.
Crédito fotográfico: MSN