
THE LATIN VOX (26 de septiembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El servicio postal canadiense, uno de los pilares más antiguos y visibles de la vida comunitaria en el país, se encuentra hoy paralizado.
El Sindicato Canadiense de Trabajadores Postales (CUPW, por sus siglas en inglés) declaró una huelga nacional indefinida en respuesta a una serie de reformas radicales anunciadas por el gobierno federal, que incluyen el fin de la entrega de correo a domicilio, el cierre de miles de oficinas rurales y una drástica reestructuración del servicio.
“Frente al ataque del gobierno contra nuestro servicio postal y sus trabajadores, todos los miembros del CUPW inician inmediatamente una huelga en todo el país”, dijo el sindicato en un comunicado contundente.
Recortes bajo el pretexto de la modernización
El detonante fue la comparecencia del ministro responsable de Canada Post, Joël Lightbound, quien anunció que la corporación —propiedad del Estado— se encuentra al borde de la insolvencia, proyectando pérdidas de $1,500 millones para 2025. Según el ministro, el gobierno ya no puede continuar con rescates financieros, por lo que ha autorizado a Canada Post a:
- Eliminar el servicio de entrega puerta a puerta para unos 4 millones de direcciones.
- Cambiar la logística de entrega, trasladando correspondencia no urgente por tierra en lugar de avión, con un ahorro proyectado de $20 millones anuales.
- Levantar el moratorio vigente desde 1994 sobre el cierre de oficinas postales rurales, afectando potencialmente a unas 4.000 localidades.
Lightbound defendió las medidas como “dolorosas pero necesarias” para salvar un servicio esencial en riesgo de desaparecer.
Una respuesta inmediata del sindicato
El sindicato, sin embargo, califica la reforma como un ataque directo a los trabajadores y a las comunidades, especialmente a las zonas rurales, remotas e indígenas, donde el servicio postal es a menudo la única conexión directa con el Estado.
“La conversión de millones de hogares a buzones comunitarios, la reducción en los estándares de entrega y el abandono de las zonas rurales son cambios drásticos que perjudicarán al público y a los empleados postales”, sostuvo el CUPW.
El sindicato también acusó al gobierno de utilizar la crisis financiera como excusa para imponer cambios sin haber resuelto antes la disputa laboral que lleva más de 18 meses sin un nuevo convenio colectivo.
Una huelga con impacto nacional
La huelga, que detendrá gran parte de las operaciones postales en el país, podría agravar aún más la situación financiera de la corporación, según advirtió la propia Canada Post en un comunicado. No obstante, la empresa indicó que mantendrá algunos servicios mínimos, como la entrega de pagos gubernamentales de asistencia social.
“Estamos decepcionados por la escalada del sindicato, que solo profundizará la crisis financiera de Canada Post”, expresó la empresa.
Más que reparto: El rol humano del cartero
Para muchos trabajadores postales, el problema va más allá del salario. Es una cuestión de identidad, propósito y servicio comunitario. Daniel Bryant, cartero en Toronto desde hace 20 años, explicó a CBC que su trabajo incluye mucho más que repartir sobres.
“Conozco a las personas de mi ruta, hago chequeos de bienestar con los mayores, golpeo sus puertas, hablo con ellos, y si necesitan ayuda, los pongo en contacto con recursos”, comentó con tristeza ante la posible desaparición del servicio puerta a puerta.
Su colega Helen Karrandjas expresó que la reforma la hace sentir como si su trabajo se redujera a ser «una mera repartidora de paquetes». En su opinión, eliminar el contacto humano es un desperdicio de una red nacional que podría expandirse para ofrecer más servicios, especialmente a una población que envejece.
Un informe del National Institute on Ageing en 2023 recomendó precisamente eso: que Canada Post adopte un modelo similar al de Japón, Francia o la Isla de Jersey (Reino Unido), donde los carteros realizan chequeos regulares a adultos mayores como parte de sus rondas. La propuesta podría generar ingresos adicionales y consolidar el rol social del servicio postal.
“Es desconcertante que no se aproveche ese potencial en lugar de recortar”, dijo Karrandjas.
Un conflicto aún lejos de resolverse
Las negociaciones laborales siguen estancadas. La oferta gubernamental de un aumento salarial del 13% fue rechazada por el sindicato, que exige un 19%. El CUPW ha mostrado disposición para permitir entregas los fines de semana y contratar más empleados a tiempo parcial, pero acusa a la dirección de Canada Post de levantarse de la mesa de negociaciones.
Mientras tanto, los usuarios del servicio —particularmente en comunidades rurales y mayores— se enfrentan a la incertidumbre. Y la pregunta central permanece: ¿es el servicio postal un lujo obsoleto o un derecho esencial?
Lo que está en juego no es solo la viabilidad financiera de una empresa estatal, sino el tipo de país que Canadá quiere ser. ¿Uno que preserva sus redes sociales en beneficio de los más vulnerables, o uno que sacrifica servicios esenciales en nombre de la eficiencia?
Fuente: CBC News
Crédito fotográfico: Getty Images