
THE LATIN VOX (10 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Una mañana que debía estar marcada por la esperanza y la atención humanitaria se convirtió en una escena de horror en el centro de Gaza.
Un ataque aéreo israelí alcanzó un punto médico en Deir al-Balah donde familias esperaban en fila para recibir suplementos nutricionales y tratamiento médico. Al menos 15 personas murieron, entre ellas 10 niños, según confirmaron fuentes médicas y organizaciones humanitarias presentes en la zona.
«¿Cuál fue nuestra culpa? ¿Qué culpa tenían los niños?», preguntó desconsolado Mohammed Abu Ouda, de 35 años, que se encontraba en el lugar cuando ocurrió el bombardeo. «Vi a una madre abrazando a su hijo en el suelo. Ambos estaban inmóviles… murieron en el acto.»
El ataque ha generado una fuerte condena internacional. Project Hope, la ONG que gestionaba el punto de atención médica, suspendió sus operaciones indefinidamente tras el bombardeo. «Esta mañana, familias inocentes fueron atacadas sin piedad mientras esperaban atención médica. Esto constituye una violación flagrante del derecho internacional humanitario», denunció Rabih Torbay, director ejecutivo de la organización.
Violencia persistente en medio de negociaciones
Este ataque forma parte de una escalada más amplia de violencia en la Franja de Gaza, donde al menos 82 personas han perdido la vida en las últimas 24 horas debido a bombardeos y enfrentamientos. La cifra incluye 67 muertos en diversos puntos de la franja, incluidos cinco ataques aéreos en la ciudad de Gaza que dejaron al menos 15 fallecidos adicionales, según el Ministerio de Salud palestino.
La intensificación de los ataques ocurre incluso cuando se vislumbra un posible alto al fuego. Hamas ha ofrecido liberar a 10 rehenes a cambio de una tregua, una propuesta que ha sido recibida con cierto optimismo por parte del presidente estadounidense Donald Trump, quien aseguró que hay una «muy buena posibilidad» de lograr un acuerdo esta o la próxima semana. Sin embargo, mediadores como Qatar advierten que aún existen importantes obstáculos por superar.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró desde Washington que, de concretarse un acuerdo sobre la propuesta de tregua de 60 días, Israel estaría dispuesto a negociar un cese al fuego permanente. No obstante, reiteró sus condiciones: el desarme total de Hamas y su salida del poder en Gaza, exigencias que el grupo islamista ha rechazado sistemáticamente.
Condiciones inhumanas y desplazamientos masivos
Mientras las negociaciones se estancan, sobre el terreno la situación es desesperada. En Khan Younis, tanques y excavadoras israelíes avanzaron hacia campamentos de desplazados, disparando y lanzando gases lacrimógenos, provocando una nueva ola de desplazamiento forzado bajo un calor abrasador. Las familias huyen con lo poco que pueden cargar: colchones, botellas de agua, mantas… y miedo.
En el hospital Nasser, uno de los pocos que aún funcionan en el sur de Gaza, el personal reporta un «colapso total». Videos grabados por los médicos muestran metralla caliente atravesando las ventanas de la unidad de cuidados intensivos, un reflejo de lo cerca que están los combates.
Un conflicto sin salida aparente
La guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando militantes liderados por Hamas mataron a más de 1,200 personas en Israel, lo que provocó una ofensiva israelí que hasta la fecha ha cobrado la vida de más de 57,000 gazatíes, según datos locales. Las restricciones israelíes al ingreso de ayuda humanitaria han llevado a condiciones similares a una hambruna, empeorando una crisis que ya había alcanzado niveles catastróficos.
En medio de estas restricciones, la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), apoyada por Estados Unidos e Israel, ha sido objeto de críticas por parte de otras organizaciones humanitarias, que la acusan de contribuir a violaciones del derecho internacional. Más de 500 palestinos han muerto intentando acceder a centros de distribución de alimentos dirigidos por la GHF. Israel sostiene que este sistema evita el desvío de ayuda por parte de Hamas, aunque no se han presentado pruebas sólidas de tales desvíos.
Una infancia marcada por la guerra
Las imágenes que emergen del ataque en Deir al-Balah son difíciles de olvidar: mochilas cubiertas de polvo, sandalias rotas, cuerpos diminutos envueltos en mantas. Lo que debía ser una jornada de asistencia médica se convirtió en una escena que vuelve a recordarnos que, en Gaza, incluso la esperanza puede convertirse en objetivo.
Mientras los líderes negocian, los más vulnerables —niños, madres, ancianos— siguen pagando el precio de una guerra sin fin. La comunidad internacional enfrenta una decisión urgente: permitir que la impunidad continúe o exigir, de una vez por todas, el respeto irrestricto a los principios más básicos de humanidad.
Crédito fotográfico: CNN