El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, criticó el jueves a los diputados conservadores por prolongar el debate sobre el impuesto al carbono, una medida que considera clave para combatir el cambio climático.
Los conservadores iniciaron el miércoles una maniobra de obstrucción parlamentaria, conocida como filibuster, para impedir que el gobierno liberal aprobara un proyecto de ley que establece un marco legal para el impuesto al carbono.
El impuesto al carbono es una tasa que se aplica a las emisiones de gases de efecto invernadero, con el objetivo de incentivar la reducción del consumo de combustibles fósiles y la transición a energías más limpias.
El proyecto de ley, que ya fue aprobado por el Senado, prevé que el impuesto al carbono aumente gradualmente hasta alcanzar los 170 dólares canadienses por tonelada de CO2 en 2030.
Los conservadores se oponen al impuesto al carbono, al que califican de “injusto” y “dañino” para la economía y los consumidores. Argumentan que el gobierno liberal no ha sido transparente sobre el impacto de la medida y que no ha consultado a las provincias, algunas de las cuales han impugnado el impuesto ante los tribunales.
El filibuster consiste en alargar el debate con discursos, preguntas y mociones, sin límite de tiempo, hasta que el gobierno retire o modifique el proyecto de ley, o hasta que se agote el tiempo asignado para la sesión parlamentaria.
El miércoles, los conservadores hablaron durante más de 12 horas seguidas, hasta la medianoche, y el jueves continuaron con su estrategia de dilación. Algunos diputados conservadores aprovecharon para criticar al gobierno por otros temas, como la pandemia, la inmigración o la relación con China.
Trudeau, que intervino brevemente en la Cámara de los Comunes el jueves, acusó a los conservadores de “jugar con el futuro de nuestros hijos” y de “ignorar la ciencia y la evidencia”. Dijo que el impuesto al carbono es una herramienta eficaz para reducir las emisiones y que cuenta con el respaldo de la mayoría de los canadienses.
Trudeau también dijo que los conservadores estaban desperdiciando el tiempo del Parlamento, que podría dedicarse a debatir otros asuntos importantes, como la recuperación económica, la vacunación o la reconciliación con los pueblos indígenas.
El líder conservador, Erin O’Toole, defendió el filibuster y dijo que su partido estaba haciendo uso de su derecho democrático a escrutar el proyecto de ley. Afirmó que el gobierno liberal estaba tratando de imponer el impuesto al carbono sin rendir cuentas y que su partido tenía un plan alternativo para el medio ambiente, basado en incentivos y no en castigos.
El filibuster podría prolongarse durante varios días, a menos que el gobierno logre el apoyo de alguno de los partidos de la oposición para poner fin al debate y forzar la votación. Los liberales tienen una minoría de escaños en el Parlamento y dependen de la colaboración de otros partidos para sacar adelante sus iniciativas.
El proyecto de ley sobre el impuesto al carbono es una de las prioridades del gobierno liberal, que se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 y a reducir las emisiones un 40-45% para 2030, respecto a los niveles de 2005.
El impuesto al carbono también es uno de los temas que podrían marcar la agenda política de cara a unas posibles elecciones anticipadas, que podrían convocarse este año si el gobierno pierde la confianza del Parlamento.