El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, fue visto disfrutando del concierto de Taylor Swift en Toronto, mientras violentos disturbios sacudían las calles de Montreal. La presencia de Trudeau en el concierto ha generado una ola de críticas y controversias, especialmente en medio de las tensiones y la violencia que se desarrollaban en su país.
Trudeau asistió al concierto de Taylor Swift en el Rogers Centre de Toronto, donde fue captado en videos virales bailando y disfrutando de la música de la famosa cantante. En uno de los videos, se le ve intercambiando pulseras de la amistad con otros fanáticos, una tradición popular en los conciertos de la gira «Eras» de Swift. La aparición del Primer Ministro en el concierto fue recibida con reacciones mixtas en las redes sociales, con algunos usuarios expresando su apoyo y otros criticando su aparente indiferencia ante los eventos en Montreal.
Mientras tanto, en Montreal, las protestas contra la Alianza Atlántica (NATO) y a favor de Palestina se tornaron violentas. Los manifestantes, organizados por los grupos «Convergencia de Luchas Anticapitalistas» y «Desinvierte por Palestina», rompieron ventanas, lanzaron bombas de humo y prendieron fuego a dos autos cerca del Palais des Congrès, donde se estaba llevando a cabo una reunión de la Asamblea Parlamentaria de la NATO. La policía de Montreal arrestó a tres personas, incluyendo a una mujer de 22 años y dos hombres de 22 y 28 años, por obstruir el trabajo policial y agredir a un oficial.
El Primer Ministro Trudeau condenó enérgicamente las acciones violentas en Montreal, describiéndolas como «actos de antisemitismo, intimidación y violencia» que deben ser condenados dondequiera que ocurran. Sin embargo, su presencia en el concierto de Taylor Swift mientras ocurrían estos disturbios ha sido vista por muchos como una falta de liderazgo y sensibilidad hacia la situación en su país.
La controversia ha resaltado las divisiones en la opinión pública canadiense y ha puesto de manifiesto las tensiones entre la necesidad de mantener el orden y la libertad de expresión. Los ministros canadienses, incluyendo a la Ministra de Relaciones Exteriores Mélanie Joly y el Ministro de Defensa Bill Blair, también condenaron las acciones de los manifestantes, subrayando que la violencia y el odio no tienen lugar en las calles de Canadá.
Este incidente ha generado un debate sobre las prioridades y el liderazgo del Primer Ministro, y ha dejado una marca en la percepción pública de su gestión en tiempos de crisis.