El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha salido en defensa de los estudiantes internacionales en medio de las acusaciones de que contribuyen a la crisis de vivienda en el país. Trudeau argumentó que sería injusto culpar exclusivamente a los estudiantes internacionales, ya que la crisis de vivienda en Canadá es el resultado de múltiples factores complejos. En lugar de señalar a un grupo específico, Trudeau enfatizó que esta crisis ha estado gestándose durante décadas y ha involucrado a diversos actores, como compradores extranjeros y desarrolladores agresivos.
El Ministro de Seguridad Pública, Dominic LeBlanc, destacó la importancia de la inmigración para el crecimiento económico de Canadá y señaló que la necesidad de inmigrantes es especialmente relevante en la industria de la construcción, que enfrenta una grave escasez de mano de obra. Sin embargo, también reconoció la necesidad de abordar simultáneamente los desafíos en el sector de la vivienda.
El Ministro de Vivienda, Sean Fraser, planteó la idea de imponer un límite a la admisión de estudiantes internacionales en Canadá, argumentando que algunas instituciones educativas no han logrado mantener el ritmo de la creciente demanda de viviendas para estos estudiantes. No obstante, el Ministerio de Inmigración subrayó que un límite no sería la única solución y que están considerando múltiples opciones para abordar la crisis de vivienda.
Organizaciones de defensa, como la Alianza de Trabajadores Migrantes por el Cambio, han criticado la vinculación de la inmigración con la crisis de vivienda, calificándola de pensamiento racista. Argumentan que muchos inmigrantes también enfrentan dificultades para encontrar viviendas asequibles en Canadá. La crisis de vivienda en el país ha llevado a un aumento significativo en los precios de alquiler y de compra de viviendas, generando preocupaciones generalizadas entre la población canadiense.