En un discurso ferviente que reunió a su base y criticó a sus oponentes, el expresidente Donald Trump pronunció un discurso principal en la Convención Nacional Republicana que subrayó su influencia continua dentro del partido y sus ambiciones para el futuro.
Trump no perdió tiempo en criticar las políticas de la administración Biden, centrándose especialmente en la inmigración, la estrategia económica y las relaciones exteriores. Pintó un contraste marcado entre su propio mandato y la administración actual, argumentando que sus políticas habían llevado a un crecimiento económico sin precedentes y fortalecido la seguridad nacional.
Uno de los temas centrales del discurso de Trump fue la inmigración. Reiteró su compromiso de larga data con la seguridad fronteriza y criticó lo que describió como el enfoque laxo de la administración Biden hacia la inmigración ilegal. Trump destacó los esfuerzos de su administración para construir el muro fronterizo y aplicar leyes de inmigración más estrictas, afirmando que estas medidas eran necesarias para proteger los empleos estadounidenses y la seguridad nacional.
Económicamente, Trump alabó el récord de baja tasa de desempleo y crecimiento económico robusto de su administración antes de la pandemia. Criticó al presidente Biden por lo que describió como un gasto imprudente y presiones inflacionarias, prometiendo un retorno al conservadurismo fiscal y impuestos más bajos si regresara al cargo.
En política exterior, Trump criticó la gestión de Biden en relaciones internacionales, especialmente la retirada de Afganistán, que caracterizó como una derrota humillante para Estados Unidos. Contrastó esto con los logros de política exterior de su propia administración, incluyendo la mediación de acuerdos de paz en Medio Oriente y la confrontación con adversarios como China e Irán.
El discurso de Trump también sirvió como plataforma para movilizar apoyo para los candidatos republicanos en las próximas elecciones intermedias. Instó a los votantes a elegir candidatos que respalden su agenda de «América Primero» y que se opongan a lo que describió como la agenda radical de la izquierda de socialismo y fronteras abiertas.
En cuanto al estilo, el discurso de Trump fue clásico y sin disculpas, característico de su persona política. Con frecuencia se apartó de los comentarios escritos para interactuar con la multitud, provocando vítores y cánticos de «EE.UU.» por parte de partidarios entusiastas.