El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se convirtió en el primer presidente activo o retirado en ser fotografiado y fichado en una prisión estadounidense. Esto ocurrió en la cárcel del condado de Fulton, Georgia, donde Trump compareció como imputado por liderar una asociación para alterar los resultados de las elecciones de 2020 en ese estado.
La ficha policial asigna a Trump el «número de preso PO1135809» y detalla sus características físicas. Los cargos en su contra incluyen violación de la ley estatal contra la delincuencia organizada, presión sobre funcionarios públicos y conspiración para falsificar documentos.
La fiscal del condado de Fulton, Fani Willis, le había otorgado a Trump 10 días para cumplir con este procedimiento, pero él eligió este día estratégicamente para obtener la máxima atención mediática. Esta comparecencia eclipsó a otros candidatos republicanos en un debate televisado y marcó su regreso a Twitter después de dos años y medio.
El expresidente ha enfrentado múltiples acusaciones legales y argumenta que es víctima de un sistema judicial politizado. Sus problemas judiciales incluyen cargos por falsificación contable, retención de documentos clasificados y manipulación de los resultados electorales de 2020.
La expectación alrededor de su comparecencia en la prisión de Fulton y su estrategia legal forman parte de su estrategia política para mantenerse relevante y presionar para un posible regreso a la presidencia en las elecciones del próximo año.