
THE LATIN VOX (4 de septiembre del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El presidente estadounidense Donald Trump ha solicitado al Tribunal Supremo de Estados Unidos que anule una sentencia federal que declaró ilegales sus polémicos aranceles comerciales, impuestos durante su segundo mandato bajo el nombre de «Día de la Liberación».
La decisión judicial representa hasta ahora el mayor revés legal a su política económica exterior y podría tener implicaciones de largo alcance en el comercio global y la presidencia misma.
Aranceles sin límites
El fallo de la Corte Federal de Apelaciones de Washington D.C., emitido el pasado viernes con una votación de 7 contra 4, concluyó que Trump excedió sus poderes presidenciales al imponer aranceles de entre 10% y 50% sobre la mayoría de las importaciones estadounidenses, utilizando como justificación una ley de 1977 pensada para emergencias nacionales.
El tribunal fue tajante: “La ley confiere al presidente una autoridad significativa para actuar durante una emergencia nacional, pero no incluye explícitamente el poder de imponer aranceles, impuestos o tarifas», señalaron los jueces. Añadieron que las medidas tomadas por Trump eran “desmesuradas en alcance, cantidad y duración” y “afirmaban una autoridad expansiva que superaba los límites expresos de la legislación invocada”.
Carrera contra el tiempo
Pese al fallo adverso, los aranceles no serán eliminados de inmediato. Permanecerán vigentes hasta el 14 de octubre, lo que le da a la administración Trump un breve margen para lograr que el máximo tribunal del país revise el caso. La petición, presentada formalmente el miércoles por la noche, solicita una resolución rápida, con audiencias en noviembre y una posible decisión antes de fin de año.
El equipo legal de Trump pide que la corte acepte el caso antes del 10 de septiembre, una fecha estratégica considerando el calendario político y comercial de Estados Unidos.
Impacto económico global
Si el Tribunal Supremo confirma la ilegalidad de los aranceles, las consecuencias serían significativas.
Según estimaciones de Bloomberg Economics, la eliminación de estos aranceles podría reducir a la mitad el arancel efectivo promedio en EE.UU. (actualmente de 16,3%) y obligar al gobierno a reembolsar decenas de miles de millones de dólares en derechos de aduana.
Además, el fallo podría poner en peligro acuerdos comerciales preliminares que Trump ha firmado con países como el Reino Unido y la Unión Europea. Analistas advierten que una reversión de los aranceles también podría crear una crisis de credibilidad en la política exterior estadounidense.
Consecuencias políticas y comerciales
Trump ha defendido los aranceles como una herramienta para proteger la economía estadounidense y presionar a socios comerciales, bajo el argumento de que el International Emergency Economic Powers Act le da autoridad para actuar durante emergencias internacionales. No obstante, los tribunales han considerado que la ley no otorga al presidente el poder de imponer impuestos o tarifas sin aprobación del Congreso.
La medida ha tenido repercusiones negativas para varias marcas estadounidenses. Esta semana, la empresa Levi’s advirtió que el «creciente sentimiento antiestadounidense» en Europa, alimentado por las políticas arancelarias de Trump, podría afectar sus ventas.
Otras compañías como Tesla y Jack Daniel’s también han visto caer su participación en mercados internacionales, especialmente en el Reino Unido, Canadá y países de la Unión Europea.
¿Un nuevo precedente?
Más allá del impacto económico, el caso podría redefinir los límites del poder presidencial en materia comercial. En Estados Unidos, los aranceles deben ser tradicionalmente aprobados por el Congreso, lo que convierte esta disputa en una prueba clave sobre el equilibrio de poderes y el alcance del ejecutivo en tiempos de «emergencia».
Si el Tribunal Supremo acepta revisar el caso, su decisión marcaría un precedente histórico en cómo la Casa Blanca puede o no usar la legislación de emergencia para reformular las reglas del comercio internacional.
¿Proteccionismo o populismo?
El caso de los aranceles «del Día de la Liberación» ilustra la tensión constante entre proteccionismo y globalización, pero también el uso estratégico de la política económica para fortalecer narrativas populistas. Para Trump, estos aranceles no solo fueron una herramienta comercial, sino también un símbolo de su promesa de “América Primero”.
A medida que se aproxima la temporada electoral de 2026, este litigio podría convertirse en una pieza central del debate político estadounidense, con implicaciones que irán mucho más allá de las fronteras del país.
En un mundo interconectado, donde las decisiones comerciales de una sola nación pueden alterar mercados enteros, la pregunta no es solo si Trump tenía derecho a imponer aranceles, sino qué clase de poder le estamos dispuestos a otorgar a un solo individuo en nombre de la seguridad nacional.
Crédito fotográfico: Axios