
THE LATIN VOX (18 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La controversia en torno al manejo de documentos relacionados con la investigación de Jeffrey Epstein por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alcanzó una nueva dimensión ayer jueves, luego de que el mandatario negara rotundamente haber escrito una carta de cumpleaños de contenido sexualmente sugestivo dirigida al difunto financista, como reportó el Wall Street Journal.
El periódico estadounidense asegura que la carta, fechada en 2003, fue recopilada por Ghislaine Maxwell —actualmente condenada por su papel en la red de tráfico sexual de Epstein— como parte de un álbum conmemorativo por el 50º cumpleaños del magnate.
La misiva, supuestamente firmada por Trump, incluye un dibujo de una figura femenina desnuda y concluye con la frase: «Feliz cumpleaños, y que cada día sea otro maravilloso secreto». Sin embargo, el Wall Street Journal no publicó una imagen completa de la carta.
Trump negó con vehemencia haber escrito la carta, calificando el artículo como “falso, malicioso y difamatorio”. En una publicación en redes sociales, afirmó: “No son mis palabras, no es mi manera de hablar.
Además, yo no dibujo”. También aseguró haber contactado personalmente tanto al dueño del periódico, Rupert Murdoch, como a su editora en jefe, Emma Tucker, para expresar su indignación. El presidente prometió demandar al medio por lo que considera una grave difamación.
Promesas incumplidas y frustración dentro del Partido Republicano
La revelación del Wall Street Journal surge en un contexto ya tenso dentro del gobierno de Trump, que ha sido duramente criticado —incluso por sus propios aliados— por no cumplir su promesa de transparencia con respecto a los documentos de la investigación Epstein.
Aunque inicialmente se comprometió a desclasificar expedientes clave del caso, el Departamento de Justicia anunció recientemente que no se harán públicos más materiales bajo su custodia.
La fiscal general, Pam Bondi, nombrada por Trump, confirmó la decisión la semana pasada, desatando indignación entre congresistas republicanos y activistas conservadores que durante años han denunciado un supuesto encubrimiento para proteger a personajes poderosos involucrados en la red de Epstein.
Tras la publicación del artículo del Wall Street Journal y la creciente presión desde el Congreso, Trump cambió de rumbo y ordenó a Bondi que intente liberar al menos parte de la información confidencial. Bondi anunció que solicitará este viernes permiso a un juez para divulgar datos del gran jurado, aunque advirtió que cualquier divulgación dependerá de la aprobación judicial.
Disputas internas y señales de caos
La situación se ha visto agravada por luchas internas dentro del gobierno. Reportes indican que hubo una acalorada discusión entre Bondi y el subdirector del FBI, Dan Bongino, en la Casa Blanca la semana pasada, aunque ninguno de los dos ha comentado públicamente sobre el incidente.
Tampoco ha habido explicaciones claras de por qué la administración, que se autodefine como “la más transparente de la historia”, distribuyó previamente carpetas con el título “Archivos Epstein: Fase 1” a figuras influyentes de la derecha, para luego frenar la publicación del material prometido.
Reacciones y dudas persistentes
El vicepresidente JD Vance también se sumó a las críticas al Wall Street Journal, afirmando que el medio “debería avergonzarse” por publicar el reportaje sin haber mostrado previamente la carta a los involucrados. “¿Alguien realmente cree que eso suena como Donald Trump?”, escribió en la red social X.
A medida que la presión crece y el escándalo Epstein resurge como tema central en el debate político estadounidense, la credibilidad del presidente Trump, así como la de su administración, sigue en entredicho.
Las preguntas clave siguen sin respuesta: ¿Por qué los archivos prometidos siguen sellados? ¿Quién tenía acceso a la red de Epstein? Y ahora, ¿quién escribió realmente la carta que amenaza con ensombrecer aún más a la Casa Blanca?
Lo que está claro es que, a pesar de los esfuerzos por cambiar el relato, el legado de Epstein continúa persiguiendo al poder político en Washington.
Crédito fotográfico: Politico