Trump planea una orden ejecutiva para hacer del inglés el idioma oficial de los EE.UU.

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THE LATIN VOX (1 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un movimiento que promete agitar aún más el debate sobre la identidad nacional y la diversidad cultural en Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha anunciado su intención de firmar una orden ejecutiva que haría del inglés el idioma oficial del país por primera vez en su historia.

Si se lleva a cabo, esta orden marcaría un cambio significativo en un país donde nunca se ha establecido un idioma oficial a nivel federal, a pesar de ser una nación históricamente conocida por su diversidad lingüística.

Un cambio histórico en la política lingüística

Desde su fundación, Estados Unidos ha sido un crisol de culturas y lenguas, con cientos de idiomas hablados a lo largo y ancho de su territorio.

Entre estos, el español es especialmente prevalente, dado el crecimiento de la población latina en el país.

Sin embargo, a pesar de la diversidad lingüística, nunca se ha declarado un idioma oficial en el ámbito federal. La propuesta de Trump cambiaría esa tradición, estableciendo el inglés como la lengua nacional.

Según el informe del Wall Street Journal, la orden ejecutiva también derogaría un mandato federal emitido por el expresidente Bill Clinton que obligaba a las agencias del gobierno y a los beneficiarios de fondos federales a proporcionar asistencia lingüística a aquellos que no hablaban inglés.

Esta medida, que se implementó para garantizar la inclusión de comunidades no angloparlantes, se vería afectada por la nueva normativa de Trump.

Un movimiento en la línea de la nacionalización

Este plan se inscribe en una serie de órdenes ejecutivas simbólicamente nacionalistas que Trump ha promovido a lo largo de su carrera. Entre estas, destacan la renombración del Golfo de México como el «Golfo de América» en documentos oficiales, así como la restitución del nombre de Denali (la montaña más alta de América del Norte) como «Mount McKinley», cambiando un nombre indígena por el de un expresidente estadounidense.

El objetivo de la medida, según un resumen de la Casa Blanca sobre la orden, es “promover la unidad, establecer eficiencia en el gobierno y proporcionar un camino hacia la participación cívica”. Aunque la orden no impediría que las agencias ofrezcan documentos o servicios en otros idiomas, establece al inglés como la lengua central para el gobierno federal.

El debate sobre la diversidad lingüística en EE. UU.

El país ha vivido durante generaciones con una pluralidad de lenguas, una característica que Trump parece ver como un obstáculo para la unidad nacional. En sus declaraciones pasadas, el expresidente ha utilizado un tono anti-multilingüe para criticar la inmigración y la apertura de fronteras.

En una intervención en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), Trump afirmó que EE. UU. no contaba con instructores capaces de enseñar idiomas «exóticos», describiendo la diversidad lingüística como un “problema horrible”.

La realidad del español en la política

A pesar de su retórica, Trump y su partido republicano han gastado millones de dólares en la campaña electoral de 2024 para atraer a votantes latinos y de habla hispana. Sin embargo, una de las primeras medidas tomadas por su administración fue eliminar la versión en español del sitio web de la Casa Blanca poco después de asumir el cargo. Este cambio refleja una contradicción entre las declaraciones públicas de Trump sobre el interés en los votantes latinos y sus políticas internas respecto al idioma.

El contexto de la propuesta y sus implicaciones

Aunque el gobierno federal nunca ha adoptado un idioma oficial, aproximadamente 30 estados han aprobado leyes que designan al inglés como lengua oficial. Algunos de estos estados, como Mississippi y New Hampshire, van aún más lejos al exigir que sus escuelas públicas enseñen exclusivamente en inglés.

Esta tendencia refleja una creciente polarización sobre la política lingüística, con algunos argumentando que el inglés es fundamental para la cohesión nacional, mientras que otros defienden el pluralismo lingüístico como una riqueza cultural.

¿Qué significa este cambio para el futuro de Estados Unidos?

La propuesta de Trump tiene implicaciones más allá de la simple cuestión lingüística. Si bien algunos defienden la unificación del país a través del idioma como una forma de fortalecer el sentido de identidad nacional, otros temen que esto pueda marginalizar a las comunidades no angloparlantes, especialmente a los latinos y a los inmigrantes que constituyen una parte vital del tejido social estadounidense.

La medida también podría poner en tela de juicio la capacidad del gobierno federal para manejar de manera efectiva los servicios para una población diversa que sigue hablando múltiples lenguas. Además, la derogación de las políticas de asistencia lingüística podría afectar negativamente a millones de ciudadanos que dependen de estos recursos para acceder a servicios esenciales como la atención médica, la educación y la asistencia legal.

Un debate que sigue abierto

La orden ejecutiva de Trump no solo es un cambio en la política lingüística de Estados Unidos, sino una señal de su enfoque nacionalista hacia la inmigración y la diversidad cultural. Mientras algunos aplauden el intento de fortalecer la unidad a través del idioma, otros ven en esta decisión un peligroso intento de homogeneizar una nación que, por su naturaleza, ha sido siempre un mosaico de lenguas, culturas y tradiciones.

Con un país profundamente dividido sobre este tema, la verdadera pregunta es: ¿qué futuro le espera a la rica diversidad lingüística de Estados Unidos en los próximos años?

Crédito fotográfico: Alex Brandon/AP


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