
THE LATIN VOX (25 de septiembre de 2025).- Daniela Medina.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este jueves en la Casa Blanca al mandatario turco Recep Tayyip Erdogan, en un encuentro diplomático cargado de expectativas estratégicas. En el centro del diálogo está la posibilidad de eliminar la prohibición que impide a Turquía adquirir los cazas F-35, una restricción impuesta después de que Turquía comprara el sistema antimisiles ruso S-400 en 2019, lo cual provocó fuertes tensiones con EE. UU. dentro de la alianza de la OTAN.
Este encuentro marca la primera visita de Erdogan al recinto presidencial estadounidense desde 2019, y se produce en un momento en el que ambos países buscan reconstruir puentes luego de años de desconfianza y desencuentros. Ankara busca un giro en la política de defensa que le permita volver a participar en programas de aviación avanzada bajo el respaldo estadounidense.
Antecedentes del conflicto F-35 / S-400
- En 2019, Turquía adquirió los sistemas antimisiles rusos S-400, decisión que para Washington representaba un riesgo de seguridad: EE. UU. argumentó que Turquía podría usar esa plataforma para espiar el sistema de aviónica del F-35. Como consecuencia, Estados Unidos retiró a Turquía del programa de fabricación y adquisición de esos cazas.
- Desde entonces, Turquía ha reclamado su readmisión o compensaciones por el valor invertido en los F-35, ya que Ankara ya había comprometido pagos por valor de unos 1,4 mil millones de dólares para esos aviones.
- Durante administraciones pasadas, EE. UU. mantuvo posiciones firmes que impedían que Turquía reingresara en el programa, citando preocupaciones técnicas, de seguridad e incluso sanciones legales vigentes sobre armas.
Ahora, bajo el gobierno de Trump, Turquía busca aprovechar el clima político favorable para reabrir ese capítulo militar.
Lo que se espera y lo que está en juego
Temas clave en la agenda
- Reevaluación de sanciones y prohibiciones
Las autoridades estadounidenses consideran levantar o flexibilizar la prohibición impuesta sobre la venta de F-35 a Turquía, con el argumento de que las relaciones entre ambos países se encuentran en un punto favorable para retomar cooperación militar. - Negociaciones sobre F-16 y otros aviones
Turquía también planea adquirir nuevos F-16 y modernizar su flota existente. Parte del debate será si estos proyectos pueden servir de puente hacia el regreso al programa F-35. - Acuerdos comerciales y de defensa complementarios
El viaje incluye la exploración de ventas de aviones Boeing a Turquía, contratos de motores GE y la producción local de partes militares en suelo turco, lo que involucraría intereses industriales de gran escala. - Conflictos regionales y diplomacia estratégica
Además de defensa, otros temas punzantes en la conversación incluyen Siria, la guerra en Gaza, tensiones con Israel, la postura turca sobre Ucrania y cooperación en seguridad en el Mar Negro. Turquía busca posicionarse como mediador activo en varias crisis internacionales.
Riesgos y resistencias
- Congreso de EE. UU.: Aunque la Casa Blanca puede proponer cambios en política de defensa, el Congreso estadounidense tiene autoridad para vetar ventas de armas o imponer condiciones rigurosas ante asuntos de seguridad nacional.
- Preocupaciones por derechos humanos y autoritarismo: El historial de Erdogan en materia de libertades políticas y prensa continúa siendo motivo de crítica. Algunos legisladores en EE. UU. pueden resistir cualquier flexibilización si no se garantizan salvaguardas.
- Relaciones con aliados regionales: El retorno de Turquía al F-35 podría irritar a países del entorno que han tenido disputas con Ankara —por ejemplo, Grecia o Israel— quienes podrían interpretar el movimiento como un reequilibrio estratégico favorable para Turquía.
- Integridad técnica del F-35: Aun con voluntad política, asegurar que Turquía cumpla con garantías, protocolos de seguridad y control técnico será clave para que EE. UU. acepte reinstalarle acceso.
Reacciones esperadas y posibles impactos
- En Turquía, Erdogan podrá presentarlo como un triunfo diplomático, una prueba de que su persistencia ha rendido frutos ante el principal aliado militar del país.
- En EE. UU., los halcones de defensa verán con buenos ojos esta cooperación, mientras que sectores críticos exigirán garantías técnicas, supervisión y cláusulas verificables.
- En la OTAN, un regreso de Turquía al programa F-35 podría reforzar la cohesión militar interna, aunque algunos países miembros lo vigilarán con cautela.
- Para la industria militar global, la reapertura del mercado turco para aviones estadounidenses simultáneo al posible ambicioso contrato de Boeing para líneas comerciales en Turquía representa un gran volumen de negocios con implicaciones de geopolítica industrial.
Reflexión: ¿nuevo capítulo en alianzas estratégicas?
El recibimiento de Erdogan en la Casa Blanca para tratar la reapertura del programa F-35 no es solo un paso técnico militar: es la cristalización de una apuesta política y estratégica que puede redibujar alianzas en la OTAN, fortalecer a Turquía como actor diplomático con peso regional, y reconfigurar el panorama de defensa.
Si EE. UU. decide efectivamente levantar la prohibición, el movimiento enviará un mensaje claro: la seguridad compartida y las oportunidades económicas pueden prevalecer sobre rencores pasados. Pero el riesgo también es alto: se requerirá equilibrio, vigilancia política y técnica, y una reintegración gradual y cauta que respete las reglas del sistema de defensa global.
Este encuentro refleja que las grandes decisiones geopolíticas no se toman solo en escenarios militares sino también en salones diplomáticos: la llave del F-35 podría reabrirse, pero solo si ambas partes están dispuestas a negociar con audacia y prudencia simultáneamente.
Fuente: /www.ctvnews.ca
Foto: Google fotos