
Las recientes amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles generalizados a Canadá, sumadas a sus insinuaciones sobre convertir al país en el 51.º estado norteamericano, han provocado una ola de patriotismo sin precedentes en todo el territorio canadiense. Desde panaderías que reinventan sus recetas hasta boicots al Super Bowl, los ciudadanos están expresando su descontento y reafirmando su identidad nacional de formas creativas y simbólicas.
En Montreal, una de las panaderías más icónicas de la ciudad, Fairmount Bagel, ha lanzado una edición especial de bagels inspirados en la bandera canadiense. Rhonda Shlafman, copropietaria del negocio, explicó que la idea surgió al ver la tristeza en los rostros de la gente mientras escuchaba las noticias en la radio. “Pensé: ¿Por qué no hacer un bagel canadiense? Algo que demuestre que somos fuertes, independientes y que tenemos nuestros propios productos y tradiciones”, comentó Shlafman.
El resultado ha sido un bagel entrelazado con masa roja y blanca, cocido en horno de leña y cubierto con semillas de sésamo. La iniciativa ha tenido una gran acogida, convirtiéndose en un símbolo culinario del orgullo canadiense.
Otro acto de patriotismo vino de los cielos de Ontario. Michael Jones, un piloto con más de cuatro décadas de experiencia, decidió utilizar su aeronave como pincel y el cielo como lienzo. Voló su pequeño Grob G 115 por más de dos horas cerca de la frontera con Estados Unidos, trazando con precisión la silueta de una hoja de arce en el cielo.
“Estoy orgulloso de ser canadiense, y esta es mi forma de demostrarlo”, explicó Jones. La imagen, publicada por el sitio web de rastreo Flightradar24, se volvió viral, atrayendo miles de comentarios de apoyo y convirtiéndose en un poderoso símbolo de resistencia.
El café también ha sido escenario de esta ola de patriotismo. La empresa Kicking Horse Coffee, con sede en Columbia Británica, ha lanzado una campaña para que las cafeterías del país reemplacen el nombre del «Americano» por «Canadiano». La compañía ofrece adhesivos con la frase «Proudly serving Canadianos» para que los establecimientos los exhiban en sus vitrinas.
Lori Hatcher-Hillier, directora de marketing de Kicking Horse Coffee, explicó que es un gesto de unidad en tiempos de tensión. “Ahora, más que nunca, los canadienses necesitamos demostrar nuestro orgullo y apoyarnos mutuamente”, afirmó.
En New Brunswick, Carol Ann McDevitt, dueña del Roaring ’20s B&B, ha decidido reemplazar el tradicional jugo de naranja por sidra de manzana canadiense en los desayunos que sirve a sus huéspedes. Su motivación es clara: apoyar los productos locales y rechazar las medidas de Trump.
“La mayoría de las naranjas provienen de Florida, y simplemente no me parece justo seguir comprándolas después de estas amenazas”, dijo McDevitt. Sus huéspedes han recibido bien el cambio, con muchos asegurando que prefieren la sidra local al jugo importado.
El descontento también ha llegado al mundo del entretenimiento. La cervecería artesanal Dieu du Ciel, con locales en Montreal y St-Jérôme, ha anunciado que no transmitirá el Super Bowl este año en protesta por la actitud del gobierno estadounidense.
“Nos hemos visto afectados por los eventos recientes y no teníamos el corazón para participar en esta celebración estadounidense este año”, explicó la empresa en un comunicado. El anuncio generó miles de reacciones en redes sociales, con opiniones divididas entre quienes apoyan la decisión y quienes la consideran excesiva.
El diseñador gráfico Eric Goggin llevó su patriotismo a otro nivel al crear una gigantesca figura de un alce en un lago congelado de New Brunswick. Durante más de tres horas, utilizó sus huellas como herramienta para dibujar la majestuosa silueta del animal en la nieve, guiándose con un dron para perfeccionar su trabajo.
“Trump y sus aranceles son un problema serio, y sus comentarios sobre convertirnos en un estado más de EE.UU. son simplemente inaceptables”, declaró Goggin. “Nada es más canadiense que un alce en la nieve, y quería hacer algo único para mostrar mi amor por mi país”.
Si algo han demostrado estos gestos es que el patriotismo canadiense puede expresarse de muchas maneras, desde el cielo hasta la nieve, desde un bagel hasta una taza de café. A medida que continúa la incertidumbre sobre los aranceles y la relación con EE.UU., los canadienses siguen encontrando formas creativas y contundentes de reafirmar su identidad y desafiar las amenazas externas.
Mientras tanto, el mensaje es claro: Canadá no se doblega ante presiones y sigue siendo una nación orgullosa de sus raíces, su cultura y su independencia.