
En una entrevista transmitida el 18 de febrero de 2025 por Fox News, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el empresario Elon Musk reafirmaron su estrecha colaboración en la administración gubernamental y delinearon sus planes para reformar la burocracia federal. Durante la conversación con el presentador Sean Hannity, ambos destacaron la importancia de su alianza para implementar cambios significativos en la estructura gubernamental.
Trump elogió a Musk, describiéndolo como «un hombre brillante» y enfatizando su papel crucial en la reducción del gasto público. Por su parte, Musk, quien lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), subrayó la necesidad de eliminar regulaciones innecesarias y promover la competencia dentro del gobierno para optimizar su funcionamiento.
La relación entre Trump y Musk ha evolucionado notablemente en los últimos años. Inicialmente, ambos mantuvieron desacuerdos públicos; sin embargo, tras un intento de asesinato contra Trump en julio de 2024, Musk expresó su apoyo al presidente y se convirtió en uno de sus principales aliados. Este respaldo se materializó en una significativa contribución financiera de Musk a la campaña de reelección de Trump, ascendiendo a 277 millones de dólares, lo que lo posicionó como el mayor donante individual en las elecciones de 2024.
Además de su colaboración en la esfera política, Musk ha influido en decisiones económicas clave de la administración Trump. Recientemente, el gobierno anunció planes para adquirir vehículos eléctricos blindados por un valor de 400 millones de dólares, posiblemente de Tesla, empresa dirigida por Musk. Esta iniciativa busca modernizar la flota vehicular gubernamental y reforzar la seguridad nacional.
Sin embargo, esta estrecha colaboración ha suscitado preocupaciones sobre posibles conflictos de interés, dado que las empresas de Musk, como Tesla y SpaceX, mantienen contratos y relaciones comerciales con el gobierno federal. A pesar de ello, Musk ha asegurado que su objetivo principal es servir al país y que no ha solicitado favores personales al presidente Trump.
La alianza entre Trump y Musk representa una convergencia sin precedentes entre el poder político y empresarial en Estados Unidos, con implicaciones significativas para la política interna y las relaciones internacionales del país.