THE LATIN VOX (21 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
A medida que la guerra en Ucrania entra en su tercer año de enfrentamientos continuos con Rusia, el país se enfrenta a un dilema creciente: una escasez crítica de personal en el frente. A pesar del continuo esfuerzo por movilizar tropas, el ejército ucraniano se encuentra cada vez más dependiente de hombres mayores, lo que plantea serias preocupaciones sobre la capacidad operativa y la moral de las fuerzas armadas.
En una tarde fría reciente en la ciudad de Kovel, en el oeste de Ucrania, un hombre canoso vestido con fatigues militares se despidió de su familia antes de abordar un tren con destino a las líneas del frente. El niño, abrazando sus piernas, no quería soltarlo. «Vamos, Dima, despídete del abuelo», le dijo su madre mientras lo apartaba con lágrimas en los ojos. La escena, conmovedora y angustiante, se ha vuelto cada vez más común en Ucrania, donde el ejército agotado y diezmado recurre cada vez más a hombres mayores, algunos de ellos con problemas de salud.
A medida que la guerra se prolonga, el ejército de Ucrania ha experimentado una notable escasez de efectivos. En los primeros meses del conflicto, la población se volcó en masa al reclutamiento, pero ahora, dos años después, las filas de soldados se han reducido considerablemente.
Según varias entrevistas realizadas a oficiales ucranianos, la situación es cada vez más alarmante. «Los soldados que estamos recibiendo ahora no son como los que estaban al principio de la guerra», comentó uno de los miembros de la brigada de defensa territorial 114, quien explicó que solo un número reducido de los nuevos reclutas estaba listo para unirse al frente, mientras que la mayoría estaba formada por personas mayores, enfermas o incluso alcohólicas.
La escasez de tropas se ha vuelto tan grave que las unidades de defensa aérea, que ya operaban con efectivos reducidos, se han visto obligadas a liberar a algunos de sus miembros para enviarlos al frente como infantería.
Esta medida ha desatado preocupaciones sobre la efectividad de la defensa aérea y sobre el riesgo de que soldados con conocimientos sensibles sobre las posiciones y tácticas de defensa puedan ser capturados y ofrecer esa información al enemigo.
Además, el personal de defensa aérea se ha visto empujado a cumplir funciones para las cuales no estaban entrenados, lo que ha comprometido la seguridad y la capacidad operativa de las unidades.
El problema de la escasez de tropas no solo afecta la logística militar, sino que también ha generado fricciones dentro del gobierno ucraniano. A pesar de las presiones internas y externas, especialmente de los Estados Unidos, que han sugerido reducir la edad de reclutamiento de 25 a 18 años, el presidente Volodymyr Zelenskyy ha sido reacio a tomar esa medida, citando la necesidad de proteger a las generaciones más jóvenes en una sociedad que ya enfrenta una crisis demográfica.
De hecho, una encuesta realizada por el Centro Razumkov de Kiev reveló que el 46% de los ucranianos considera que no hay vergüenza en evadir el servicio militar, lo que refleja el creciente descontento de la población con las políticas de movilización. A pesar de que Ucrania ha ampliado su esfuerzo de reclutamiento, bajando la edad de 27 a 25 años, muchos ciudadanos, incluidos aquellos que ya están en el frente, se oponen a reducirla aún más.
Por otro lado, las tensiones con los Estados Unidos se han intensificado, ya que las autoridades estadounidenses han señalado que la falta de personal es la «necesidad más vital» de Ucrania en este momento. Sin embargo, muchos oficiales ucranianos consideran que las propuestas de Washington son insensibles, ya que bajar la edad de reclutamiento a 18 años podría tener repercusiones negativas para la moral y la cohesión social del país.
Algunos soldados, como uno de la brigada 114, señalan que la clave para aumentar las tasas de movilización no es tanto reducir la edad de los reclutas, sino mejorar las condiciones y motivación de los soldados. «No se trata realmente de la edad, se trata de ofrecer mejores condiciones y motivación», dijo. «Tal vez podrían bajarla a 23 años si es necesario, pero aún hay suficientes personas en Kiev que podrían ser movilizadas, pero no quieren ir».
La guerra continúa y, con ella, los sacrificios y las decisiones difíciles que Ucrania debe tomar para asegurar su supervivencia frente a una Rusia que sigue encontrando nuevos reclutas. El país se encuentra en una encrucijada, donde el agotamiento de sus tropas y la presión de la comunidad internacional lo obligan a elegir entre proteger a su juventud o seguir luchando con un ejército envejecido y cada vez más escaso de recursos humanos.
Crédito fotográfico: Reuters