
THE LATIN VOX (25 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
En un contexto de creciente preocupación por la seguridad digital y la protección infantil, la Unión Europea está impulsando una legislación que podría cambiar radicalmente la forma en que se gestionan las comunicaciones en línea. El objetivo declarado es luchar contra el abuso infantil en Internet, pero las implicaciones para la privacidad, la seguridad y la libertad personal son colosales.
El concepto detrás de la propuesta de regulación para prevenir y combatir el abuso sexual infantil (CSAM, por sus siglas en inglés) es simple: las plataformas digitales deben escanear todos los mensajes y contenidos enviados dentro de la UE para detectar material relacionado con abuso infantil.
Desde redes sociales como Facebook y WhatsApp hasta aplicaciones de mensajería como Signal y Snapchat, la idea es que todas las comunicaciones sean monitoreadas. Esta estrategia, que en última instancia comprometería el cifrado de extremo a extremo que protege nuestra privacidad, ya está siendo implementada en algunos lugares, pero se enfrenta a una creciente oposición.
La tecnología que pone en riesgo la privacidad
La propuesta de legislación implica el uso de tecnologías de escaneo masivo, que algunos expertos en ciberseguridad consideran una amenaza directa para la seguridad en línea.
Investigadores del Imperial College de Londres advirtieron que los sistemas diseñados para escanear imágenes en busca de contenido de abuso infantil podrían ser modificados silenciosamente para realizar reconocimiento facial en los dispositivos de los usuarios, sin que estos lo sepan.
Además, señalan que existen vulnerabilidades aún no identificadas en estas tecnologías que podrían ser explotadas por actores maliciosos.
A pesar de los esfuerzos por defender la medida como una herramienta esencial para proteger a los niños, persisten serias dudas sobre si el sacrificio de nuestra privacidad realmente conducirá a un mundo más seguro para los menores. La experta en protección infantil Arda Gerkens destacó que «el cifrado también es clave para proteger a los niños, ya que los depredadores hackean cuentas buscando imágenes».
El riesgo de un vigilancia generalizada
Más allá de la protección infantil, uno de los mayores temores es que las autoridades puedan aprovechar esta nueva capacidad de vigilancia para fines menos nobles. Organizaciones europeas de protección de datos han advertido que esta legislación podría abrir la puerta a una «escanerización generalizada e indiscriminada» de todas las comunicaciones electrónicas en la UE.
Los temores no son infundados. En una reunión en 2022, un funcionario de Europol sugirió que toda la información obtenida al escanear teléfonos debería ser entregada a las fuerzas del orden sin ningún tipo de redacción, incluso si la imagen es inocente. Además, Europol planteó la posibilidad de expandir esta práctica a otros ámbitos criminales más allá del abuso infantil.
En la misma línea, el experto en seguridad Ross Anderson, quien falleció inesperadamente el año pasado, alertó sobre el uso de cuestiones emocionales como el abuso infantil y el terrorismo para socavar la privacidad en línea. Según Anderson, «la comunidad de seguridad e inteligencia siempre ha utilizado temas que asustan a los legisladores para debilitar la privacidad en línea».
¿Una ley que realmente nos haga más seguros?
A pesar de las numerosas críticas y preocupaciones sobre la privacidad, la propuesta sigue avanzando. Aunque algunos países, como los Países Bajos, se han mostrado reacios a aprobarla, el impulso por crear esta legislación sigue siendo fuerte.
Sin embargo, muchos se preguntan si este es el camino correcto para lograr una internet más segura. Mientras tanto, otras amenazas cibernéticas más concretas, como el uso de spyware para espiar a periodistas y opositores políticos, continúan creciendo sin que se tomen medidas significativas.
De hecho, en 2023, el comité de investigación sobre spyware del Parlamento Europeo alertó sobre el uso de estas herramientas para socavar la democracia, y la Comisión Europea aún no ha presentado una propuesta legislativa para regular su uso comercial en el mercado de la UE.
Del mismo modo, los expertos en seguridad informática siguen enfrentando barreras legales al intentar informar sobre vulnerabilidades de software, lo que pone en evidencia la falta de un marco legislativo adecuado para proteger a los ciudadanos europeos.
Un llamado a la precaución
En este momento crítico, es esencial que los responsables políticos en la UE reconsideren la propuesta de regulación CSAM y en su lugar promuevan leyes que protejan a las personas vulnerables, incluidos los niños, sin comprometer el cifrado y la seguridad digital.
El modelo de vigilancia masiva no solo podría poner en peligro la privacidad de todos los ciudadanos, sino que también podría abrir la puerta a abusos por parte de los gobiernos y las fuerzas del orden.
En lugar de aceptar una mayor vigilancia y control, necesitamos soluciones que protejan a los niños en línea sin erosionar los derechos fundamentales de los usuarios.
La digitalización de nuestra sociedad está cambiando rápidamente, pero debemos asegurarnos de que las políticas adoptadas en el futuro respeten la privacidad y la seguridad de todos los ciudadanos, sin sacrificar la libertad en nombre de una seguridad que podría ser solo ilusoria.
Crédito fotográfico: https://bernardmarr.com/