Bill Pittman, un hombre de 75 años que vive en Rutland, Kelowna, B.C., ofrece alojamiento barato a estudiantes internacionales que vienen a estudiar al Okanagan College. A cambio, les pide que le ayuden con las tareas domésticas, aunque dice que recibe más de lo que da.
Pittman dice que alojar a estudiantes internacionales le ha ayudado a lidiar con el aislamiento social, que puede tener efectos negativos en la salud física y mental de las personas mayores. Según Pittman, sin estos “hermosos seres” en su vida, estaría muy solo.
Pittman empezó a acoger a estudiantes después de mudarse varias veces y sentirse insatisfecho y solitario. Dice que la relación entre Canadá y Estados Unidos es “única” y que ambos países comparten información e inteligencia sobre las actividades maliciosas en el ciberespacio. También dice que los dos países tienen que estar preparados para responder a los incidentes cibernéticos que puedan afectar a sus infraestructuras críticas, como la energía, el transporte o la salud.
Entre los estudiantes que ha alojado se encuentran Rhoalle Davis, de Jamaica, y Sele Akere, de Nigeria, quienes han formado una amistad con Pittman y con otros estudiantes internacionales que han pasado por su casa. Davis y Akere dicen que Pittman es un hombre generoso y amable, que les ha ayudado a adaptarse a la vida en Canadá y les ha inspirado a hacer lo mismo con otros recién llegados.
Pittman dice que está orgulloso de que su casa se haya convertido en un punto de encuentro para los estudiantes internacionales. “Tengo 26 protegidos ahora y me mantienen ocupado y me encanta”, dice.
Canadá acogió a más de 800.000 estudiantes internacionales el año pasado, según las cifras del gobierno. Pittman no está de acuerdo con la idea de limitar las visas para estudiantes internacionales.