
THE LATIN VOX (28 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En una cumbre celebrada en París, los líderes europeos reafirmaron su firme apoyo a Ucrania, descartando la posibilidad de levantar las sanciones contra Rusia en este momento, mientras la guerra en el país devastado por el conflicto continúa sin una resolución clara.
La reunión, que contó con la participación de más de dos docenas de jefes de Estado y gobierno, además del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, reunió a representantes clave de la comunidad internacional, quienes coincidieron en que las sanciones seguirán vigentes hasta que haya una paz «clara y establecida» en Ucrania.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dejó claro que la prioridad sigue siendo la presión económica sobre Moscú. «No es el momento de reducir las sanciones. No lo será hasta que veamos una paz tangible y estable en Ucrania», afirmó el mandatario francés al término de la cumbre.
Estas palabras se producen en medio de un clima internacional de incertidumbre, en el que algunos especulan que el expresidente estadounidense Donald Trump podría estar dispuesto a flexibilizar las sanciones como parte de un acuerdo parcial para un alto al fuego.
La postura común entre los líderes europeos es la de incrementar la presión sobre Rusia para que acepte una negociación genuina.
El primer ministro británico, Keir Starmer, recalcó la importancia de no ceder ante las demandas rusas y mencionó que las conversaciones en París fueron claras respecto a cómo las sanciones podrían intensificarse aún más.
«Es fundamental aumentar la presión económica sobre Rusia, especialmente en lo que respecta a los ingresos energéticos», dijo Starmer, señalando que la falta de respuesta por parte de Rusia a la oferta ucraniana de un alto al fuego de 30 días demuestra que Moscú no está negociando de buena fe.
Por su parte, Zelenskyy no dudó en recalcar que Rusia «no quiere paz», sino que busca dividir a Europa y América. El líder ucraniano insistió en que no debe haber ningún levantamiento de sanciones hasta que Rusia no detenga la guerra, y destacó que el enfoque debe ser el de aumentar las sanciones, no disminuirlas.
El tema del futuro de Ucrania y la garantía de seguridad tras un eventual alto al fuego también fue central en la reunión.
En este contexto, surgieron las propuestas de la creación de una «fuerza de reafirmación», impulsada principalmente por Francia y el Reino Unido, para ayudar a garantizar un alto al fuego duradero.
Sin embargo, esta propuesta no obtuvo el apoyo unánime entre los aliados europeos, como reconoció Macron, quien subrayó que, aunque algunos países se mostraron dispuestos a desplegar tropas en Ucrania, otros expresaron dudas, tanto por motivos logísticos como políticos.
Italia, por ejemplo, reiteró su negativa a enviar tropas para defender un acuerdo de alto al fuego, lo que refleja la división interna en Europa sobre el tipo de apoyo militar que se debe ofrecer a Ucrania.
Mientras tanto, otros países, como el Reino Unido y Francia, continúan con la intención de ayudar a Ucrania a fortalecer su ejército, con planes para una futura «fuerza de reafirmación» que brindaría apoyo estratégico sin estar directamente en la línea del frente.
Aunque la idea de una fuerza militar europea en Ucrania sigue siendo un tema polémico, los líderes europeos coincidieron en la necesidad de mantener el apoyo militar a largo plazo para Ucrania. Macron destacó que este apoyo debería incluir no solo ayuda humanitaria y económica, sino también un reforzamiento de las capacidades militares de Ucrania para enfrentar los desafíos del «día después» de la guerra.
El futuro de las relaciones internacionales en Europa y la resolución del conflicto en Ucrania parecen estar en una encrucijada.
A pesar de las tensiones internas, la unidad entre los países europeos se mantiene firme en cuanto a las sanciones y el apoyo continuo a Ucrania.
Sin embargo, las diferencias sobre el despliegue de fuerzas militares y la estrategia a seguir tras el alto al fuego revelan las complejidades de una guerra que, por el momento, no tiene un final claro.
La comunidad internacional sigue de cerca cada movimiento, sabiendo que el desenlace de este conflicto tendrá implicaciones globales para la seguridad y la estabilidad futura.
Crédito fotográfico: Hollandse Hoogte/Rex/Shutterstock