Manitoba: Uso de drogas impulsa la tasa de VIH al segundo lugar más alto de Canadá

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FOTO: THE CANDIAN PRESS

Manitoba enfrenta una preocupante crisis de salud pública, ya que el uso de drogas está alimentando un alarmante aumento en las tasas de VIH, ubicando a la provincia con la segunda incidencia más alta en todo Canadá, solo superada por Saskatchewan.

Las autoridades de salud han encendido las alarmas ante este panorama crítico, que se ve agravado por factores sociales y económicos que afectan de manera desproporcionada a comunidades vulnerables.

Según datos recientes, el VIH, que tradicionalmente era más prevalente entre hombres que tienen sexo con hombres, ahora está afectando principalmente a personas que consumen drogas intravenosas, un cambio demográfico significativo que complica los esfuerzos de prevención.

Entre los nuevos casos reportados en Manitoba, una gran mayoría está relacionada con el consumo de metanfetaminas y otras sustancias inyectables, prácticas que incrementan el riesgo de transmisión del virus debido al intercambio de jeringas contaminadas.

Los expertos en salud pública han señalado que la crisis de drogas, que ya ha cobrado un alto costo en términos de muertes por sobredosis, está interconectada con el aumento de las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH. Las comunidades indígenas, que ya enfrentan barreras significativas de acceso a los servicios de salud, han sido particularmente golpeadas por esta epidemia doble.

La Dra. Joss Reimer, directora médica de Salud Pública de Manitoba, expresó su preocupación por la rapidez con la que los casos de VIH han aumentado en los últimos años. “Estamos viendo cómo la intersección del uso de drogas, la pobreza y la falta de recursos en salud está impactando devastadoramente a comunidades enteras”, explicó.

En respuesta a la crisis, las autoridades han implementado programas de reducción de daños, como la distribución de jeringas limpias y el acceso a tratamientos antirretrovirales. Sin embargo, los expertos advierten que estos esfuerzos son insuficientes sin una inversión más amplia en vivienda, apoyo psicológico y tratamiento integral para la adicción.

Manitoba, que cuenta con una población relativamente pequeña en comparación con otras provincias canadienses, enfrenta un desafío único: un sistema de salud ya sobrecargado y recursos limitados en las comunidades rurales y del norte, donde las tasas de infección están creciendo más rápidamente.

A nivel nacional, el gobierno federal de Canadá también está siendo presionado para que intensifique su respuesta, dada la magnitud de la crisis. Aunque el VIH ya no es una sentencia de muerte gracias a los avances médicos, el estigma y las disparidades sociales siguen siendo barreras importantes para erradicar la enfermedad.

La lucha contra esta epidemia en Manitoba subraya la necesidad de un enfoque coordinado entre los gobiernos provinciales, las organizaciones de salud pública y las comunidades afectadas. Como concluyó la Dra. Reimer: “No podemos tratar esta crisis solo como un problema médico; es un reflejo de problemas sociales profundamente arraigados que necesitan una solución integral y urgente”.


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