En una decisión que ha generado un intenso debate, el Consejo de la Ciudad de Vancouver ha decidido posponer la votación sobre la revisión del comisionado de integridad. Esta medida, que ha sido objeto de controversia, se produce en un momento crítico para la administración municipal y plantea preguntas sobre la transparencia y la rendición de cuentas en el gobierno local.
El comisionado de integridad, Lisa Southern, había solicitado en su informe anual de 2023 una modificación del alcance del trabajo de su oficina mediante una enmienda a la ordenanza municipal. Según el informe, la intención del consejo al establecer la oficina del comisionado de integridad en 2021 era supervisar la conducta ética de los funcionarios electos, y no las decisiones políticas o de políticas públicas.
El alcalde de Vancouver, Ken Sim, y los concejales del partido gobernante ABC, incluyendo a Brian Montague y Lenny Zhou, han defendido la necesidad de una revisión de terceros para aclarar los poderes de la oficina de Southern en el manejo de quejas contra concejales y funcionarios electos. Sin embargo, los críticos han argumentado que la suspensión del trabajo del comisionado de ética tendrá un efecto paralizante en la democracia de la ciudad más grande de Columbia Británica, eliminando temporalmente una vía de supervisión pública de los funcionarios electos.
La reunión del consejo, que fue la última antes de un receso de verano programado, se llevó a cabo en un ambiente tenso. Los defensores de la revisión sostienen que sigue la solicitud del propio comisionado en su informe anual para modificar el alcance del trabajo de su oficina. Sin embargo, la oposición, liderada por el concejal del Partido Verde, Pete Fry, ha expresado su desacuerdo con la sugerencia de que el comisionado de integridad no comprende plenamente el alcance de su trabajo.
La decisión de posponer la votación ha dejado en el aire el futuro del comisionado de integridad, especialmente después de que Southern publicara dos informes que destacaban la tensa relación entre la oficina del alcalde y la Junta de Parques de Vancouver, lo que ha llevado a quejas de integridad de ambas partes. Estos informes, que desestimaron las quejas pero subrayaron la relación acrimoniosa entre las dos partes, han añadido una capa adicional de complejidad a la situación.
El consejo votó el 24 de julio para pausar todas las investigaciones de mala conducta, lo que significa que cualquier queja recibida solo se abordará después de una revisión de terceros del alcance de la oficina del comisionado. Esta pausa ha sido vista por algunos como una medida necesaria para garantizar que el comisionado no realice trabajos para los que no está autorizado, mientras que otros la ven como un intento de diluir el papel de la oficina del comisionado.
La decisión del Consejo de Vancouver de posponer la votación sobre la revisión del comisionado de integridad ha generado un debate significativo sobre la transparencia y la rendición de cuentas en el gobierno local. Con la pausa en las investigaciones de mala conducta y la revisión pendiente, el futuro del comisionado de integridad sigue siendo incierto, y la comunidad espera con interés los próximos pasos del consejo en septiembre.