
THE LATIN VOX (26 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
A sus 45 años, Venus Williams volvió a encender la magia en el Arthur Ashe Stadium. La veterana leyenda del tenis estadounidense luchó durante más de dos horas contra la checa Karolína Muchová, undécima cabeza de serie, antes de ceder por 6-3, 2-6, 6-1 en la primera ronda del US Open.
El encuentro, cargado de simbolismo, coincidió con una fecha especial: exactamente 28 años atrás, en agosto de 1997, Williams debutaba en el mismo escenario con apenas 17 años, iniciando una carrera monumental que la llevaría a disputar la final de ese torneo. Tres décadas después, la campeona de las ediciones 2000 y 2001 regresó al mismo estadio con la misma pasión y determinación.
El inicio del partido fue complicado para Venus, que acumuló errores no forzados y se vio rápidamente en desventaja. Sin embargo, fiel a su espíritu competitivo, encontró su mejor tenis en el segundo set: potentes saques, derechas agresivas y voleas de autor que hicieron vibrar al público neoyorquino. “Me encanta jugar”, confesó al terminar. “Mi nivel ha mejorado mucho en las últimas semanas. Lo intenté con todo, aunque hay tiros que requieren más partidos para recuperar la sensibilidad”.
Muchová, semifinalista en 2023 y aún en proceso de recuperar su mejor forma tras una lesión en la muñeca, supo reaccionar en la tercera manga para cerrar el duelo. Pero la noche fue, en gran parte, un homenaje a Williams, cuya resistencia y amor por el tenis siguen intactos.
Más allá del resultado, su regreso tuvo un valor personal inmenso. Williams ha revelado que durante años compitió padeciendo fibromas uterinos, que le provocaban dolor y sangrados abundantes, hasta someterse a una cirugía mayor el año pasado. “Hoy la diferencia es enorme. Me siento mejor, sin dolor, y eso me permitió tener una verdadera oportunidad en la cancha”, explicó, conmovida.
Sobre su futuro, Venus no quiso hacer promesas, aunque dejó entreabierta la posibilidad de seguir compitiendo en torneos dentro de Estados Unidos. “No sé si estoy dispuesta a viajar tanto a estas alturas de mi carrera”, admitió con una sonrisa.
Si algo quedó claro en Flushing Meadows es que, gane o pierda, Venus Williams sigue siendo un icono que inspira a nuevas generaciones con su coraje, resiliencia y amor eterno por el tenis.
Crédito fotográfico: WTA