El tribunal electoral de Guatemala certificó a Bernardo Arevalo, un candidato progresista, como ganador de las elecciones presidenciales del país. Sin embargo, la incertidumbre rodea su asunción al cargo el 14 de enero, ya que otro organismo gubernamental suspendió todas las actividades de su partido Movimiento Semilla.
Esto ocurre después de unas elecciones tumultuosas que pusieron a prueba la democracia guatemalteca. Arevalo, hijo de un expresidente y un candidato relativamente desconocido, emergió como un líder sorpresa tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Su ascenso se produjo después de que varios otros candidatos fueran descalificados.
Arevalo, que prometió progreso social y luchó contra la corrupción, ganó fácilmente la segunda vuelta presidencial en agosto. Aunque el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala confirmó su victoria y las bancas obtenidas por su partido en el parlamento, la suspensión de su partido ha sembrado dudas sobre su toma de posesión.
La suspensión se produjo debido a una investigación de la fiscalía guatemalteca sobre presuntas irregularidades en la recolección de firmas para la formación del partido Movimiento Semilla. Ahora, el partido tiene tres días para impugnar la suspensión y, si eso sucede, el asunto se elevará al Tribunal Supremo Electoral.
Esta situación ha generado preocupación en la comunidad internacional y ha llevado a la Comisión de Derechos Humanos de la OEA a pedir protección para Arevalo ante informes de un posible complot para asesinarlo. La incertidumbre política persiste en Guatemala mientras se espera una resolución en medio de acusaciones y desafíos legales.