
THE LATIN VOX (22 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.
En un movimiento calculado que combina demostración de poder y señal geopolítica, el presidente ruso Vladimir Putin supervisó este miércoles un ejercicio a gran escala de las fuerzas nucleares de Rusia, que abarcó los tres componentes de su “tríada nuclear” tierra, mar y aire, según informó el Kremlin. El objetivo oficial: verificar la preparación operativa y la estructura de mando de sus fuerzas estratégicas y reafirmar que Rusia, poseedora del mayor arsenal nuclear del mundo, está lista frente a los crecientes desafíos con Occidente.
Detalles del ejercicio
Según el comunicado divulgado por el Kremlin:
- Se lanzó un misil intercontinental desde tierra (el tipo “Yars”) desde un cosmódromo ruso.
- Una unidad naval de la flota nuclear rusa disparó un misil balístico “Sineva” desde un submarino nuclear en el mar de Barents.
- Desde bombarderos estratégicos se efectuaron lanzamientos de misiles de crucero con capacidad nuclear, según fuentes rusas.
- El Kremlin afirmó que “todas las tareas de entrenamiento se completaron”, y que el ejercicio evaluó tanto la disposición de las unidades como el control desde el mando central.
- En paralelo, se informó que la OTAN realiza su propio ejercicio anual de disuasión nuclear, denominado Steadfast Noon, con unos 60 aviones de 13 países, lo que refuerza el trasfondo de competencia ruso-occidental.
¿Por qué ahora? Contexto geopolítico y simbólico
Este ejercicio no llega en un vacío. En los últimos días:
- Se había anunciado un posible cumbre entre Putin y Donald Trump como parte del esfuerzo diplomático sobre la guerra en Ucrania que ahora estaría “en espera” mientras se hace una “meticulosa preparación”.
- Rusia ha incrementado sus ataques con misiles sobre Ucrania y existe una escalada de tensiones con Occidente, lo cual hace que este tipo de despliegue nuclear tenga tanto valor práctico como de advertencia simbólica.
- Desde la perspectiva de Moscú, la exhibición de la capacidad nuclear sirve para mandar un mensaje claro: Rusia considera que la disuasión nuclear es un elemento clave de su estrategia de seguridad nacional en un momento de confrontación estratégica.
Las implicaciones militares y estratégicas
Refuerzo de la disuasión
El ejercicio reafirma la doctrina rusa que pone en el centro de su estrategia la capacidad nuclear como pilar de defensa y proyección. Diferente de conflictos convencionales, la capacidad de lanzar misiles intercontinentales o de submarino tiene efectos psicológicos y estratégicos más amplios.
Evaluación de mando y control
Verificar que los sistemas de mando desde Moscú hasta los puestos operativos funcionen correctamente es vital para evitar errores en escenarios de alta tensión. El Kremlin destaca que fue un ejercicio de mando, control y ejecución.
Mensaje a Occidente
En la lógica de confrontación con la OTAN y Estados Unidos, mostrar la capacidad operativa de la tríada nuclear es una forma de disuasión vecina al mensaje político: “no subestiméis nuestras capacidades”.
Escenario de riesgo mayor
Aunque el ejercicio fue oficialmente “de entrenamiento”, la normalización de maniobras nucleares en tiempos de tensión plantea riesgos: errores de cálculo, escalada de malentendidos, e incremento de la alerta internacional.
Reacción internacional y posibles consecuencias
- En Washington y Bruselas se observan estos movimientos con preocupación: aun cuando Rusia argumente que es un ejercicio, desde la OTAN se interpreta como un gesto de desafío.
- El hecho de que la OTAN esté simultáneamente realizando su propio ejercicio nuclear refuerza la sensación de que hay un tablero de confrontación simbólico y operativo entre ambos bloques.
- Desde Ucrania y sus aliados occidentales se interpreta que tales ejercicios dificultan la diplomacia, pues envían una señal contraria a los esfuerzos de negociación o desescalada.
- En el terreno diplomático, la reanudación de la hipotética cumbre Putin-Trump ahora parece condicionada: ningún encuentro “vacío”; para Moscú, la preparación debe mostrar que Rusia tiene “peso”.
Escenarios a futuro
- Mayor escalada militar nuclear o convencional: Si la tensión crece, estos ejercicios podrían tornarse más frecuentes o más agresivos, elevando el riesgo de confrontación.
- Diplomacia condicionada por la fuerza: Rusia podría usar estos ejercicios como parte de su paleta negociadora: “mirad lo que podemos hacer, digamos lo que queramos”.
- Desarme o gestión de crisis más estrecha: Como contrapeso, Occidente podría acelerar esfuerzos para reducir riesgos nucleares, reforzar tratados o presionar por transparencia.
- Normalización de maniobras nucleares: Si ejercicios de este tipo se vuelven rutinarios sin contexto, se corre el riesgo de una “normalización” de la amenaza nuclear, lo que puede ser peligroso en una era de incertidumbre.
El ejercicio supervisado por Vladimir Putin de las fuerzas nucleares de Rusia no es solo un entrenamiento militar más. Es un acto cargado de simbología, estrategia y advertencia en un momento en que Europa y el mundo miran con atención a los dos grandes bloques de poder: Rusia por un lado y la OTAN por otro.
Errar en el análisis de este tipo de movimientos o minimizar su importancia sería una imprudencia. Porque, como hemos visto una y otra vez en las décadas recientes, la nuclearidad no es únicamente tecnología o armas: es poder, percepción y política.
Y en ese tridimensional tablero, Rusia dejó hoy un mensaje muy nítido: está lista, preparada… y vigilante.
Fuente: www.reuters.com/
Foto: www.democrata.es