
THE LATIN VOX (15 de febrero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Una investigación de dos años ha revelado que la organización ecologista WWF ha estado trabajando para facilitar el comercio internacional de pieles de oso polar, una práctica que, a pesar de la amenaza de extinción de la especie, continúa en Canadá, el único país que todavía permite la caza comercial de estos animales.
El informe plantea serias preguntas sobre la postura de la organización en cuanto a la explotación de especies en peligro y el impacto que sus políticas podrían tener sobre la conservación de la fauna.
La crisis de los osos polares
Los osos polares, cuyo hábitat en el Ártico está siendo devastado por el cambio climático y la pérdida del hielo marino, enfrentan serias dificultades para encontrar alimento y sobrevivir. Esta situación ha llevado a una disminución en su salud física, una menor tasa de natalidad y una esperanza de vida más corta.
A pesar de su condición de especie en peligro de extinción, se sigue permitiendo la caza y comercialización de pieles de osos polares en Canadá, donde se exportan entre 300 y 400 pieles al año, principalmente a China, donde una piel completa puede venderse por hasta 60,000 dólares.
Se estima que entre 22,000 y 31,000 osos polares aún sobreviven en Canadá, lo que significa que cada año la caza comercial representa entre un 1% y un 2% de la población total del país. Sin embargo, a pesar de estas alarmantes cifras, WWF ha defendido la práctica del comercio de pieles bajo la premisa de un modelo de «utilización sostenible», argumentando que se trata de una explotación controlada que, según sus directores, beneficia a las comunidades locales y a la conservación.
WWF y el comercio de pieles: Una posición controvertida
A través de su participación activa en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), WWF ha sido uno de los principales defensores de la continuación del comercio comercial de pieles de oso polar de Canadá, argumentando que este no constituye una amenaza significativa para la supervivencia de la especie.
A pesar de que WWF reconoce que algunas poblaciones de osos polares en Canadá podrían enfrentar una explotación insostenible, la organización ha luchado en contra de las propuestas para otorgarles una protección más estricta en el marco de CITES.
En 2010 y 2013, WWF intervino en las reuniones de CITES para evitar la votación a favor de una prohibición total del comercio internacional de pieles de oso polar, argumentando que la especie no cumplía con los criterios necesarios para una clasificación de protección absoluta.
En 2022, el mismo enfoque se mantuvo, cuando WWF, a través de su gerente de políticas internacionales para la vida silvestre, Colman O’Criodain, señaló que no se recomendaba una mayor protección para los osos polares, ya que no cumplían con los “criterios numéricos” para justificar una prohibición total.
El impacto en las comunidades indígenas y la conservación
WWF ha argumentado que un posible bloqueo al comercio de pieles de oso polar afectaría negativamente las fuentes de ingresos de las comunidades indígenas canadienses, en particular de los Inuit, quienes históricamente han utilizado las pieles para sus propias necesidades culturales y económicas.
No obstante, esta postura ha sido cuestionada por algunos activistas, como Robert Thompson, un guía indígena del pueblo Iñupiat en Alaska, quien asegura que las comunidades pueden obtener un buen ingreso a través del ecoturismo, sin necesidad de cazar osos polares.
Thompson sostiene que la comercialización de las pieles pone en peligro la supervivencia de los osos polares a largo plazo, argumentando que, si los osos fueran cazados de forma masiva, pronto no quedarían osos polares, acabando con una fuente económica vital para las comunidades.
En su opinión, el ecoturismo y la observación de estos animales en su hábitat natural es una alternativa mucho más sostenible.
Reacciones y controversias internacionales
La postura de WWF ha generado controversia dentro de la comunidad internacional de conservación. La mayoría de las organizaciones de protección animal no apoyan la posición de WWF, y en las últimas reuniones de CITES, alrededor de 80 ONGs han expresado su oposición a las recomendaciones de la organización sobre la protección de especies como los elefantes, los rinocerontes y los hipopótamos.
Jean-Paul Jeanrenaud, exdirector de WWF, expresó su preocupación por la influencia de la organización en este tipo de decisiones. Según Jeanrenaud, el nombre de WWF sigue teniendo un gran peso en el ámbito internacional, lo que hace que sus posiciones sean escuchadas y, en algunos casos, adoptadas.
Sin embargo, muchos miembros de la comunidad conservacionista se sienten cada vez más incómodos con las decisiones de WWF en relación con la explotación de especies en peligro, lo que pone en duda la coherencia de sus políticas.
Un debate abierto sobre el futuro de los osos polares
La situación de los osos polares se vuelve cada vez más desesperada, y la gestión de su conservación está en el centro de un debate global sobre el equilibrio entre la explotación económica y la protección ambiental.
Si bien algunos argumentan que la caza y el comercio de pieles deben ser erradicados para garantizar la supervivencia de la especie, otros defienden la idea de una explotación regulada y controlada. Lo que es indiscutible es que el tiempo para actuar está cada vez más limitado, y el futuro de los osos polares podría depender de un replanteamiento urgente de las políticas internacionales de conservación y comercio.
Crédito fotográfico: Getty Images