THE LATIN VOX (21 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El concejo municipal de Dawson City, una pequeña localidad en el territorio canadiense de Yukón, lleva semanas atrapado en un parón burocrático después de que sus miembros se negaran a jurar una obligatoria lealtad al rey Carlos III, citando las relaciones deterioradas de la corona con los pueblos indígenas de la región.
Esta disputa, que podría costarles sus asientos, refleja la complicada relación que algunos canadienses mantienen con la figura del monarca, que, a pesar de vivir a miles de kilómetros de distancia, sigue siendo un recordatorio de una historia de violencia y promesas incumplidas.
A mediados de octubre, los residentes de Dawson City, famosa por ser la cuna del cóctel «Sour Toe», que incluye un dedo humano momificado, decidieron reemplazar al alcalde y al concejo municipal, poniendo fin a una administración marcada por escándalos y disputas legales. Sin embargo, desde entonces, el concejo se ha encontrado en un limbo procedimental.
Stephen Johnson, alcalde electo de Dawson City, comentó en una entrevista con la agencia de noticias canadiense The Canadian Press: «No podemos hacer nada legalmente requerido… Así que somos algo así como un concejo, y yo soy algo así como el alcalde. Es una situación un poco complicada».
Según la Ley Municipal del Yukón, los funcionarios electos deben tomar un juramento de lealtad y un juramento de cargo. Sin embargo, poco antes de que el nuevo concejo asumiera sus funciones, el concejal electo Darwyn Lynn, miembro de la Nación Tr’ondek Hwech’in, expresó su incomodidad con jurar lealtad a la corona debido a su historia problemática con los pueblos indígenas.
El 5 de noviembre, los concejales asumieron el juramento de cargo, pero se negaron a jurar o afirmar que «serán fieles y leales a Su Majestad el Rey Carlos III» y sus «herederos y sucesores según la ley». En solidaridad con Lynn, Johnson señaló que la decisión reflejaba un reconocimiento de la historia colonial de desplazamiento de los pueblos que vivían y utilizaban las tierras de la región mucho antes de la llegada de los colonos.
Dawson City, conocida como «La París del Norte», se ubica sobre el antiguo sitio de Tr’ochëk, un valioso campamento de caza y pesca en la confluencia de los ríos Klondike y Yukón. Durante la fiebre del oro de Klondike, a fines del siglo XIX, cerca de 17,000 forasteros llegaron a la región, desplazando a los Tr’ondek Hwech’in, conocidos como «el pueblo del río». A pesar de que la fiebre del oro terminó rápidamente, lo que provocó un éxodo de la comunidad, Tr’ochëk nunca volvió a ser un campamento de pesca y caza. Hoy en día, Dawson City tiene alrededor de 2,400 habitantes.
Johnson explicó que la decisión no se toma con falta de respeto hacia el rey Carlos, ni con el objetivo de desmantelar la monarquía o provocar a otros canadienses. «Solo queríamos hacerlo juntos para mostrar solidaridad en lo que hacemos aquí en esta ciudad», expresó.
Este conflicto por el juramento no es común, pero tampoco es la primera vez que los funcionarios electos cuestionan la obligación de jurar lealtad al jefe de Estado de Canadá. En 2022, Quebec aprobó una legislación que eliminaba el juramento obligatorio de lealtad al rey Carlos. En ese momento, el legislador provincial Gabriel Nadeau-Dubois lo calificó como «una reliquia del pasado». Al mismo tiempo, algunos líderes indígenas señalan que los tratados firmados con la corona son acuerdos solemnes que representan una promesa de convivencia pacífica entre las naciones.
El gobierno territorial del Yukón ha indicado que está considerando opciones alternativas para el juramento, con el fin de garantizar que todos los miembros del concejo se sientan incluidos y respetados dentro de las estructuras de gobierno, al mismo tiempo que se cumplen los requisitos legislativos. Sin embargo, si no se alcanza un acuerdo antes del 10 de diciembre, se convocará una nueva elección y el alcalde y los concejales perderían sus asientos.
Este enfrentamiento pone de relieve las tensiones históricas y actuales entre la monarquía británica y los pueblos indígenas de Canadá, y cómo estas cuestiones continúan influyendo en la política local y nacional.
Crédito fotográfico: Robin & Arlene Karpan