
THE LATIN VOX (17 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La sorprendente victoria de Zohran Mamdani en las primarias demócratas para la alcaldía de Nueva York ha encendido un profundo debate dentro de la comunidad judía de la ciudad. Lejos de los titulares alarmistas, lo que emerge es una transformación silenciosa pero potente: cada vez más judíos neoyorquinos se alejan del apoyo automático al gobierno de Israel y buscan en cambio líderes con valores universales de justicia, incluso si eso significa cuestionar el statu quo.
Un respaldo que rompe estereotipos
Mamdani, de origen ugandés e indio, y abiertamente socialista democrático, ha sido respaldado desde el primer día por organizaciones como Jewish Voice for Peace Action (JVP Action). Su directora política, Beth Miller, lo explica sin rodeos:
“Nuestras comunidades quieren vivir en una ciudad asequible, con dignidad para todos, y también queremos un alcalde que defienda los derechos humanos de los palestinos.”
Voluntarios judíos tocaron más de 80,000 puertas, recaudaron miles de dólares en donaciones de base y ayudaron a consolidar una campaña que —contra todo pronóstico— unió a sectores diversos de la ciudad. Frente a los ataques islamofóbicos y acusaciones de antisemitismo promovidos por figuras como Andrew Cuomo, la campaña de Mamdani ganó por convicción, no por cálculo político.
La división generacional sobre Israel
Una nueva generación de judíos estadounidenses está reconfigurando la relación con Israel. Según una encuesta reciente, un 61% de los judíos en EE.UU. apoya suspender la venta de armas a Israel. Muchos de ellos ven al gobierno israelí como responsable de políticas de apartheid y limpieza étnica, y exigen que su país deje de financiar la ocupación.
En ese contexto, Mamdani representa una alternativa que no instrumentaliza la identidad judía para justificar una agenda exterior. Durante un debate electoral, cuando se le preguntó a qué país viajaría primero como alcalde, respondió que se quedaría en Nueva York:
“No necesito viajar al extranjero para comprender a los judíos neoyorquinos. Puedo encontrarlos en las sinagogas, en el metro, en cada rincón de esta ciudad.”
Para muchos votantes, fue un momento de claridad y alivio. Por primera vez, un político se negaba a reducir a los judíos neoyorquinos a una extensión del gobierno israelí.
El dilema del otro sector judío
Pero no todos están tranquilos con la llegada de Mamdani al poder. Jo-Ann Mort, escritora y activista judía de larga data, admite que no votó por él, pero ahora espera que gobierne con madurez y sensibilidad:
“Israel no es solo política exterior para muchos de nosotros. Es parte de nuestra identidad.”
Mort expresa preocupación por la cercanía de Mamdani con el movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), y su negativa a condenar consignas como “globalizar la intifada”, que según ella generan temor en una comunidad marcada por ataques antisemitas reales en suelo estadounidense.
Sin embargo, también ve una oportunidad única:
“Mamdani puede ayudar a desintoxicar el debate sobre Israel/Palestina en la izquierda y dentro del Partido Demócrata. Puede reconocer que hay dos pueblos, dos aspiraciones nacionales legítimas, y ayudar a crear una narrativa de justicia compartida.”
¿Un nuevo pacto social neoyorquino?
Lo que está en juego no es solo una alcaldía. En un momento donde la democracia estadounidense enfrenta amenazas internas y externas, la elección de Mamdani marca un punto de inflexión: ¿puede una ciudad tan diversa como Nueva York construir un nuevo modelo de convivencia sin unanimismo, pero con principios?
Judíos progresistas, musulmanes, latinos, afroamericanos y jóvenes de todos los orígenes han dicho que sí. Ahora, la pregunta es si el resto del “gran toldo” demócrata sabrá acompañar este cambio sin caer en el miedo, el chantaje emocional o la nostalgia política.
La historia de Zohran Mamdani no trata solo de Palestina o de Israel. Trata de quién tiene derecho a definir el futuro de la ciudad más simbólica del mundo. Y de si ese futuro puede incluir a todos, sin condiciones.
Crédito fotográfico: The New York Times/ Getty Images