Después de una huelga de 12 días, los empleados del sector público de impuestos volvieron a trabajar después de un acuerdo tentativo entre el Sindicato de Empleados de Impuestos, una división de la Alianza de Servicio Público de Canadá (PSAC) y la Agencia de Ingresos de Canadá (CRA). Si bien la huelga coincidió con la fecha límite del 30 de abril para la temporada de impuestos y causó inconvenientes a los contribuyentes y preparadores de impuestos de todo el país, los detalles del acuerdo benefician a todas las partes involucradas y pueden ser especialmente ventajosos para los contadores canadienses. Ambos sindicatos reciben un pago único de $2,500, un aumento salarial acumulado del 12,6% durante cuatro años y una promesa de revisar la política de trabajo remoto mediante paneles departamentales.
La negociación entre el gobierno y su fuerza laboral sindicalizada se centró en los salarios y el trabajo remoto. El acuerdo final fue un compromiso que aborda el problema significativo de la inflación y preserva cuatro años de paz laboral, lo que es una victoria para ambas partes. El problema del trabajo remoto también fue una espina en las negociaciones, pero se logró un equilibrio aceptable entre ambas partes. Los trabajadores seguirán trabajando desde casa mientras se revisa el trabajo remoto, y el gobierno se beneficia al evitar la inclusión de la terminología del trabajo remoto en el acuerdo de negociación colectiva.
A pesar de algunos desafíos durante la huelga, los contadores y los preparadores de impuestos de Canadá se prepararon para las interrupciones y se beneficiaron del aumento de los servicios en línea en los últimos años. La huelga fue en gran medida limitada a empleados administrativos y de centros de llamadas, y no afectó a los empleados con mayor experiencia fiscal que pertenecen al Instituto Profesional del Servicio Público de Canadá. La lección para el gobierno es que la inversión continua en tecnología puede mitigar el impacto de las huelgas.
En resumen, la huelga de los trabajadores de impuestos de la CRA fue resuelta con un acuerdo beneficioso para todas las partes involucradas, incluyendo a los contadores canadienses. La negociación se centró en los salarios y el trabajo remoto, y se logró un equilibrio aceptable entre ambas partes. Los contadores y preparadores de impuestos de Canadá se prepararon para las interrupciones y se beneficiaron del aumento de los servicios en línea en los últimos años, lo que mitigó el impacto de la huelga. La lección para el gobierno es la importancia de la inversión continua en tecnología para mitigar el impacto de futuras huelgas.