A pesar de que Canadá cerró su frontera terrestre a los solicitantes de asilo en marzo de 2020, debido a la pandemia de COVID-19, el número de refugiados que llegaron al país por otras vías aumentó en los meses siguientes. Según los datos del gobierno, entre abril y agosto de 2020, Canadá recibió más de 6.000 solicitudes de asilo, la mayoría de ellas presentadas por personas que llegaron por avión o por mar.
Esto supone un aumento del 52 por ciento con respecto al mismo período del año anterior, cuando Canadá recibió unas 4.000 solicitudes de asilo. La mayoría de los solicitantes procedían de países como Nigeria, India, México, Colombia y Haití.
El aumento se produce a pesar de que el gobierno canadiense emitió varias órdenes de emergencia en marzo bajo su Ley de Cuarentena. Una de ellas prohíbe a los extranjeros entrar desde Estados Unidos y otra prohíbe a todos los demás extranjeros visitar Canadá, a menos que su viaje se considere esencial, como por motivos de estudio o trabajo. Una tercera orden obliga a una cuarentena de 14 días para cualquier persona que entre en el país.
El gobierno canadiense dice que las restricciones de viaje son la forma más eficaz de limitar la introducción de nuevos casos de COVID-19 en el país. Sin embargo, algunos grupos afectados, como las organizaciones defensoras de los derechos humanos y los refugiados, han criticado las medidas por considerarlas injustas y discriminatorias.
Según Amnistía Internacional, el cierre de la frontera terrestre con Estados Unidos viola el derecho internacional y pone en riesgo la vida de las personas que huyen de la persecución y buscan protección en Canadá. La organización también señala que muchos solicitantes de asilo que llegan por otras vías se enfrentan a dificultades para acceder a servicios básicos, como la atención sanitaria y la vivienda, debido a la pandemia.
Por su parte, el gobierno canadiense ha defendido su política migratoria y ha afirmado que respeta sus obligaciones internacionales hacia aquellos que necesitan ayuda y protección. Sin embargo, también ha dicho que debe asegurarse de que se cumplan todas las leyes para proteger la seguridad, la salud y el bienestar de los canadienses.