Correr con más relajación y fluidez puede parecer un sueño lejano para muchos corredores que se sienten tensos y rígidos al correr. Sin embargo, con unos simples ajustes en la postura, la respiración y la zancada, se puede lograr una mayor comodidad y eficiencia al correr.
Estos son los tres pasos que recomienda la revista Canadian Running para correr con más relajación y fluidez:
- Relaja los hombros y los brazos: la tensión en los hombros puede provocar molestias en el cuello y la parte superior de la espalda. Mantén los hombros relajados y bajos, las manos en un puño muy suelto (como si sostuvieras una patata frita delicada en cada mano) y deja que los brazos se balanceen con facilidad y naturalidad. De vez en cuando, sacude los brazos y los hombros durante la carrera, liberando cualquier tensión que se haya acumulado y dándote un rápido reinicio.
- Presta atención a tu respiración: observa el ritmo de tu respiración e intenta mantener un patrón constante y relajado. Respirar profundamente por la nariz puede ayudar a calmar todo el cuerpo y reducir la tensión. Fíjate si respiras de forma errática o superficial e intenta practicar la respiración diafragmática (o “respiración abdominal”) para liberar la tensión que pueda estar acumulándose. Empieza por inhalar profundamente por la nariz, expandiendo el diafragma, y exhala completamente por la boca o la nariz. Si esto te resulta difícil, intenta practicarlo durante unos momentos antes o después de tu carrera.
- Encuentra tu zancada: aunque todos tenemos una zancada natural a la que tendemos, es fácil caer en malos hábitos cuando nos cansamos. Busca una longitud de zancada cómoda y eficiente, evitando dar pasos demasiado largos o excesivamente largos; esto puede provocar tensión y dolor en las piernas y la parte baja de la espalda. Presta atención a cómo apoyas el pie, y aunque este tema parece estar siempre en debate, un consenso general es que mantenerse ligero sobre los pies con una rápida rotación es útil para la mayoría de nosotros. Evita inclinarte demasiado hacia adelante o hacia atrás. Correr con relajación no significa encorvarse o moverse sin control, sino encontrar un equilibrio: mantener una buena mecánica de carrera y sentir que corres con facilidad.