El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha realizado su segundo viaje a la India como jefe de gobierno y ha resultado ser otro desastre, al igual que el primero en 2018, cuando invitó a cenar a un terrorista condenado. En esta ocasión, Trudeau ha empeorado las relaciones con la India y se ha alejado de sus principales aliados, mientras jugaba a la política interna en el país asiático.
Uno de los momentos más tensos del viaje fue cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le señaló con el dedo en la cara a Trudeau durante una reunión. Una foto captada por el fotógrafo Sean Kilpatrick mostró a ambos líderes con expresiones de disgusto y desacuerdo. Otro momento incómodo fue cuando Trudeau retiró su mano de forma torpe del primer ministro indio, Narendra Modi, durante el saludo oficial. Trudeau intentó restarle importancia al asunto cuando le preguntaron al respecto, pero quedó claro que había un problema.
Y es que la relación entre Canadá y la India es un verdadero problema, que puede tener consecuencias negativas para el comercio y la seguridad. La India es una de las economías más grandes y de mayor crecimiento del mundo, y Canadá acaba de lanzar una nueva estrategia para el Indo-Pacífico, pero ahora está completamente aislado de las dos mayores economías de la región, China e India.
Es comprensible que estemos alienados de China por el secuestro de nuestros ciudadanos, la interferencia electoral, el acoso a los canadienses de origen chino y la guerra económica. Pero Trudeau ha aislado a Canadá de la India por motivos puramente políticos internos. Modi le expresó a Trudeau su “fuerte preocupación” por el manejo que Canadá ha hecho del movimiento independentista sij, el mismo día en que la comunidad sij de Vancouver celebró una votación sobre el asunto.
Trudeau ha apoyado abiertamente a los grupos que promueven el secesionismo y la violencia contra los diplomáticos indios, y que buscan crear un hogar sij que llaman Khalistán. Estos grupos son considerados terroristas por la India, que sufrió un atentado contra su parlamento en 2001 y un asalto al templo dorado en 1984 por parte de los separatistas sijs.
Trudeau ha puesto en riesgo las relaciones comerciales con la India, que tiene una economía casi dos veces mayor que la de Canadá y con sus 1.400 millones de habitantes, nos necesita menos que nosotros a ellos en muchos aspectos. La economía de Canadá está estancada, el Fondo Monetario Internacional sitúa nuestro crecimiento actual en el 1,5% y la OCDE estima que caeremos al 1,4% o menos.
Trudeau debería dejar de anteponer sus intereses políticos internos a los intereses nacionales de Canadá y trabajar para mejorar las relaciones con la India, un socio estratégico clave en el mundo actual.